Aunque no soy católico, lamento la muerte del papa Francisco. Sé que tenía buenas intenciones reformistas de la Iglesia Católica, pero no pudo llevarlas a cabo como pretendía.
Se cumplen tres meses del Gobierno de Donald Trump. El ritmo de destrucción institucional y el calibre de su talante autoritario han sorprendido incluso a los más pesimistas.