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El nuevo fiscal

Salas Chávez es alguien que goza de la total confianza del Gobernador, que fue quien lo propuso para el cargo y lo acompañará el resto de su sexenio.

La llegada del nuevo fiscal general de Justicia provoca (en algunos) la renovada expectativa de que las cosas van a mejorar en esa institución que aunque autónoma, se convierte en pieza fundamental en la estrategia de seguridad de cualquier Gobierno.

Gustavo Salas Chávez llega a completar un círculo de confianza del gobernador Alfonso Durazo, porque con todo y que Claudia Indira Contreras es una mujer seria, profesional e institucional, claramente no formaba parte de esos círculos.

Salas Chávez es alguien que goza de la total confianza del Gobernador, que fue quien lo propuso para el cargo y lo acompañará el resto de su sexenio.

Eso implica una lealtad con el mandatario que hasta se podría traducir en un cambio constitucional para volver a la FGJE de nuevo parte del Ejecutivo estatal, como ya el propio Durazo lo ha expresado y explicado en varias ocasiones.

Al final eso sería lo de menos si con la llegada del nuevo fiscal se mejoran muchas cosas que todavía impiden que el proceso de procuración de justicia en Sonora sea óptimo.

Porque con todo y que su antecesora haya hecho su mejor esfuerzo, dentro de esa institución prevalecen viejos vicios que dañan la relación con la ciudadanía y atoran procesos, investigaciones, avances de carpetas de investigación y el trato a las víctimas que terminan por ser revictimizadas una y otra vez.

Las instalaciones son dignas sí, pero insuficientes en zonas alejadas de las grandes concentraciones urbanas, generando la sensación de que existen sonorenses de primera, de segunda y hasta de tercera.

Caso similar con el sistema de salud, nomás recordemos que en la localidad Mesa de Tres Ríos tienen meses sin un médico de cabecera porque las condiciones que se ofrecen son poco atractivas. Pero luego hablamos de eso.

Entonces le decía yo estimado lector (a) que en la FGJE prevalecen algunos vicios que supongo yo el nuevo fiscal, que llega respaldado con todo el músculo político del Gobernador, le podrá dar una mejoradita a ese tema, que algo le adelantó su antecesora.

Imagínese, que todavía existen esas añejas figuras que antes conocíamos como “madrinas”, ¿las recuerdan?

Esa especie de policías sin charola, de auxiliares no oficiales y no reconocidos de los agentes ministeriales que los acompañan y los asisten en investigaciones, incluso hasta en operativos, que llenan informes aunque no los firmen, que son conocidos en el ambiente y conviven cotidianamente con el resto del personal pero que legal y administrativamente no existen.

La información sobre el avance de las investigaciones que se da a las víctimas o sus familiares sigue siendo lenta e insuficiente y eso junto a otras prácticas genera ese fenómeno de la revictimización que no termina de desaparecer.

Lo seguro es que, al momento de redactar esta colaboración, en la Fiscalía General de Justicia del Estado existe una gran incertidumbre por lo que sucederá en los próximos días y semanas.

Es previsible una limpia, un barrido que pasará por todos los niveles de responsabilidad y por todas las áreas, incluidos agentes del ministerio público que ya tienen lista su cajita de pertenencias porque en cualquier momento o los mueven o los corren.

Y eso en principio tendrá un efecto negativo en el trato que se da a las personas víctimas de un delito y seguro retrasaría más el avance de cualquier investigación.

A menos que se haga de forma ordenada, cuidando el trabajo que aquellos que se van dejarán a medias.

Las capacidades del nuevo fiscal no están en duda, al menos no para mí, porque el señor tiene la trayectoria y la preparación suficiente para ese cargo.

Claramente hará cambios y de hecho está obligado a hacerlos.

El punto es cómo lograr esa transición ordenada en todas las áreas que se moverán sin afectar a la ciudadanía e incluso las carreras y trayectorias de quienes tendrían que salir.

No se conocen al menos públicamente casos de elementos que pudieran estar relacionados con los grupos criminales que operan en Sonora, ese es un tema que requiere de más tiempo, más espacio y más elementos.

Sergio Valle, periodista.

TWITTER: @sergiovallep

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