Brilla una esperanza
Una esperanza ha brillado en estas horas sombrías. Claudia Sheinbaum sugirió a los diputados de Morena no apresurar la aprobación de la reforma judicial.
Eufrosine se llamaba. Era la mujer más hermosa del pueblo. Todos los hombres del lugar la deseaban secretamente. Cierto día un joven llegó a confesarse con el padre Arsilio. Le dijo: “Acúsome, padre, de que anoche poseí a Eufrosine”. “Hijo -le preguntó el buen sacerdote-. ¿Vienes a confesarte o a presumir?”. Doña Gorgona habló muy seriamente con la vecina del 14. Le dijo en tono de amenaza: “Me he enterado de que le coqueteas a mi esposo. Ten cuidado. Si sigues con eso te lo voy a dejar”. La preocupada madre le dijo a Veletina, su hija: “Espero que tu nuevo novio sea hombre formal”. “Lo es, mamá -aseguró la chica-. Tiene 10 años casado con la misma mujer”. En la sección de perfumería de la tienda de departamentos un sujeto le pidió a la encargada que le recomendara una fragancia para dama. “Me acaba de llegar una nueva -dijo la encargada (se refería a la fragancia, no a la dama)-. Se llama ‘Quizá’”. Inquirió el tipo: “¿No tiene una que se llame ‘A huevo’?”. Un lampo ha aparecido en medio de esta fuliginosa calígine diuturna. Un momentito, por favor. Voy al diccionario a consultar qué significan las palabras “lampo”, “fuliginoso”, “calígine” y “diuturno”, cuyo sentido ignoro pero que usé por su sonoridad. “Lampo”: resplandor fugitivo. “Fuliginoso”: Denegrido. “Calígine”: Oscuridad. “Diuturno: Que dura mucho tiempo. Lo expresaré en modo más sencillo: Una esperanza ha brillado en estas horas sombrías. Claudia Sheinbaum sugirió a los diputados de Morena no apresurar la aprobación de la reforma judicial. Desde luego no creo que esa atinada recomendación la haya hecho la Presidenta electa por su cuenta y riesgo, y que su propuesta sea indicio de una nueva autonomía frente al caudillo de la 4T. A riesgo de equivocarme -cada día me pongo en ese riesgo, y con frecuencia caigo en él- pienso que tal postergación la acordaron de consuno Sheinbaum y López Obrador, quien se habría acoquinado al ver las enérgicas posturas de Estados Unidos y Canadá ante su desatentada iniciativa. Con ese anuncio AMLO buscaría atemperar la tensión que su rijosidad ha provocado en el trato de México con aquellas dos naciones a las que tantos intereses nos vinculan. Sea como fuere, la inesperada posición de la futura mandataria es de reconocerse. Saludo -expresión muy de la izquierda- su exhortación a los diputados. Lo hago con optimismo que deja a un lado las reservas impuestas por la prudencia en estas circunstancias, y aplaudo, con ambas manos para mayor efecto, su actitud moderada y reflexiva, que contrasta con la irreflexiva e inmoderada posición de AMLO. Ojalá todo sea para bien de México. Candidito no pertenece a estos borrascosos tiempos, sino a otros muy pretéritos. Su ingenuidad es angélica, seráfica, querúbica; no sabe nada del mundo y de la vida. Su mamá le buscó esposa, pues por sí solo no la habría encontrado. La señora sostenía la idea de que un hombre sin mujer no vale nada, creencia que llevó al papá de Candidito a buscar su valer en otra parte, por lo cual dejó sola a la señora con su tesis. Casó Candidito, pues, en obediencia a los deseos maternos, y fue de luna de miel a San Juan de los Acebuches, pues de ahí era su progenitora. Al regreso del viaje nupcial los amigos de Candidito le preguntaron, curiosos y traviesos, cómo le estaba yendo en su matrimonio: “Muy bien -dijo él, feliz-. Mi esposa actúa en tal manera que pienso que si intento hacerle el amor no pondrá objeción”. Doña Anisia volvió de un viaje a Francia. Le preguntó su marido, hombre machista: “¿No me trajiste una francesita?”. Replicó ella “A lo mejor te traje un francesito. Lo sabremos dentro de nueve meses”. FIN.