Usuarios anónimos venden y compran armas en grupos de Facebook de Nuevo León

CIUDAD DE MÉXICO. 26 DE FEBRERO.- En Nuevo León, el tráfico ilegal de armas no es un secreto ni una operación oculta en callejones oscuros. Todo ocurre a plena vista, en grupos de Facebook donde usuarios anónimos ofrecen y buscan pistolas, rifles y municiones como si fueran cualquier otro artículo de segunda mano.

Según Milenio, un ejemplo claro es el grupo “Trueques en Monterrey”, donde desde hace tiempo se han publicado ofertas clandestinas usando palabras clave para disfrazar los productos: “cuetes” para referirse a pistolas, “resorteras” para rifles y “cacahuates” para cartuchos. Con solo escribir estos términos en el buscador del grupo, cualquier interesado puede encontrar opciones.

La demanda de armas y municiones parece ser alta

El comercio ilegal de armas en redes sociales parece indicar que la demanda es alta. Un usuario anónimo, por ejemplo, ofreció dos cajas de cartuchos calibre .25 y la publicación se llenó rápidamente de interesados. Otro afirmó tener hasta diez calibres diferentes disponibles.

Los compradores no solo buscan armas, sino también municiones en grandes cantidades. Entre los comentarios en estas publicaciones, es común ver preguntas como “¿está quemada?”, un término que, según fuentes de seguridad estatales, indica si el arma ha sido utilizada en un delito y está en la mira de las autoridades.

El origen de las armas y las consecuencias legales

Una fuente de Milenio aseguró que el comercio de armas de fuego es habitual en la región, y que la mayoría de los rifles y pistolas se adquieren en Estados Unidos para ser introducidos de manera clandestina mediante la táctica conocida como “operativo hormiga”. Este método consiste en transportar las armas de una en una, y cuando se trata de un mayor número, ingresarlas por partes a través de distintas personas.

En nuestro país, solo quienes cuentan con una licencia de la Secretaría de la Defensa Nacional pueden portar armas de fuego.

Poseer una sin permiso puede implicar penas de tres a 30 años de prisión, mientras que la venta o acopio ilegal conlleva de uno a seis años de cárcel. Si el arma está vinculada a un delito, las penas aumentan considerablemente, sobre todo si se trata de armamento exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza Aérea.