De la que se salvó el gobernador Armando López Nogales.
Hace días se comentó en esta columna que con el gane de la oposición el pasado 2 de julio López Nogales respira más tranquilo que de costumbre, pues no tendrá que lidiar ni con Eduardo Bours, ni con Guillermo Hopkins, ni con el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones. En otras palabras, de haber ganado Francisco Labastida Ochoa, el Gober ahora estaría frito y a punto de tirar la toalla al frente del Ejecutivo estatal ya que estarían otros gallos presionándolo para que se pusiera a trabajar por la entidad. Se preguntarán ustedes ¿pero si López Nogales es muy amigo de Labastida? Pues sí, pero no tanto como para dejarlo más tiempo al frente de una entidad que está urgida de más creatividad y acción de parte del Jefe del Ejecutivo estatal. En la recta final de las campañas presidenciales, Labastida y sus colaboradores más cercanos, se dieron cuenta de la cerrazón y poca participación del Gobierno lopeznogalista. La gota que derramó el vaso se presentó en una reunión informal que sostuvieron Labastida, López Nogales, Eduardo Bours y Javier Gándara Magaña, en el camión de campaña del ahora ex candidato priísta a la Presidencia de la República. Ahí Labastida le hizo un ofrecimiento económico al Gobernador de Sonora que era difícil de rechazar, pero contra toda lógica le dio pa'trás. El entonces candidato priísta le habría dicho a López Nogales que se comprometía a apoyarlo con la desaladora con una tercera parte del costo del proyecto. Este apoyo provendrá, le dijo, de recursos fiscales que estarán etiquetados como fondo perdido. En otras palabras la oferta era regalarle al Gobernador el dinero para que no sufriera mucho en la consolidación de su obra sexenal. Pero ¡oh! sorpresa; López Nogales le dijo a Labastida que no se molestara, porque el proyecto de la desaladora no requeriría recursos porque sería autofinanciable. Tanto Bours como Gándara no salían de su sorpresa al grado de que Gándara le habría dado un pellizco en la pierna a Bours para que entrara al quite y presionara de manera elegante a López Nogales a que aceptara el apoyo que le estaba ofreciendo Labastida. Bours no salió a la palestra, pero a su vez le devolvió una mirada a Gándara para que fuera él quien "empujara" al Gobernador a cambiar de opinión. Labastida también estaba sorprendido, pero insistió en su plan de ofrecerle ayuda a su amigo. Tanta fue la insistencia del ahora ex candidato priísta que hasta pidió a los acompañantes que los dejaran solos para seguir platicando con el Gobernador en el hotel donde se hospedaba aquí en la capital sonorense. Después de este suceso los que saben dicen que la cerrazón de López Nogales tiene su epicentro en la licitación de la obra. Esto significa que si el Gober hubiera accedido a la ayuda de Labastida, la licitación habría pasado en automático a manos de la Federación. O lo que es lo mismo, el concurso de la obra se le hubiera ido de las manos a "Mister licitaciones" que es César Lagarda Lagarda y, con ello, las jugosas ganancias que dejan las magnas obras. ******* Quien se carga una sonrisa de oreja a oreja es el secretario de Planeación del Desarrollo y Gasto Público, Alfonso Molina Ruibal, aunque la incógnita está en por qué anda así. Viéndolo positivamente podría decirse que es porque el asunto de las presuntas irregularidades en los documentos de la Cuenta Pública ha bajado de presión, al menos durante los últimos siete días, previo acuerdo por abajito de la mesa con el coordinador de la fracción panista, Carlos Tapia Astiazarán. También hay quienes atribuyen tan buen talante, a que Molina Ruibal ya empieza a ser reconocido como el "Supersecretario", hombre de las confianzas del gobernador Armando López Nogales y a quien algunos acelerados ya manejan como buen prospecto para pelear contra el panista Ramón Corral la gubernatura en el 2003. Sin embargo cobra fuerza la versión de que el ex seminarista anda "lurio" porque logró, en coordinación con el todavía dirigente priísta, Miguel çngel Murillo Aispuro, impedir que Javier Antonio García Pequeño llegara al Congreso del Estado por la vía plurinominal, a quien ambos odian al estilo del ratón Crispín, con odio jarocho. Así el abarrote. ******* Donde la situación anda calientona es por rumbos de la fronteriza ciudad de Nogales. Los agarres entre Wenceslao Cota Montoya y Abraham Zaied están a la orden del día y ya están ambos políticos perdiendo todo tipo de formalidades que habían conservado, por lo menos de dientes para afuera. La última es un resbalón que tuvieron los de radio Xeny, mejor conocida como radio Bagdad, cuando en un noticiero al locutor se le olvidó cerrar totalmente el micrófono mientras Zaied, que según él estaba fuera del aire, le dictaba lo que tenía que decir sobre el Plan Municipal de Desarrollo que los zaiedistas no quieren se apruebe en la administración del Wences. El caso es que después de casi un minuto de estar repitiendo palabra por palabra lo que le decía el empresario al locutor, alguien se dio cuenta del error y cortaron la transmisión por un momento. Por cierto, en este mismo tenor, las autoridades de los Conalep en el Estado deberían ponerle un alto al director del plantel en Nogales, Rafael García Aulcy, quien ha estado interviniendo de manera frecuente a favor de Zaied e incluso durante la campaña de proselitismo usó a jóvenes de esa escuela durante un chateo con el candidato, para que le echaran todas las flores posibles.
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