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¿Qué pasa si congelas un iPhone y un Samsung Galaxy? Un experimento lo revela

Un creador de contenido decidió someter dos de los teléfonos más avanzados del mercado a una prueba extrema

Un creador de contenido decidió someter dos de los teléfonos más avanzados del mercado a una prueba extrema: congelarlos durante más de 13 horas sumergidos en refresco de limón. El objetivo era evaluar su resistencia ante temperaturas extremas y condiciones poco convencionales.

Para este experimento, se eligieron el iPhone 15 Pro Max y el Samsung Galaxy S23 Ultra, ambos con certificación IP68, lo que garantiza protección contra el agua y el polvo. Sin embargo, ninguna de las dos marcas especifica qué sucede cuando sus dispositivos son expuestos a líquidos distintos al agua ni mucho menos cuando se congelan.

El experimento en acción

El youtuber, del canal Tech Timmers, verificó que ambos dispositivos funcionaban perfectamente antes de iniciar la prueba. Luego, los colocó en una bandeja con refresco de limón y los dejó en el congelador por casi 14 horas. Cuando llegó el momento de sacarlos del hielo, los resultados fueron sorprendentes.

El Samsung Galaxy S23 Ultra se encendió sin inconvenientes, pero detectó la presencia de humedad en el puerto USB-C y mostró una advertencia recomendando no conectarlo a la corriente. En su lugar, sugería optar por la carga inalámbrica hasta que el dispositivo estuviera completamente seco. Tras eliminar toda la humedad, el teléfono operaba con normalidad, sin fallos en la cámara ni en las aplicaciones, indica Xataka.

Por otro lado, el iPhone 15 Pro Max no mostró ninguna alerta relacionada con la presencia de líquidos en su puerto de carga y arrancó sin problemas. Al igual que el dispositivo de Samsung, pasó las pruebas de funcionamiento sin inconvenientes, incluyendo el uso de la cámara y la ejecución de aplicaciones.

¿Por qué sobrevivieron?

El iPhone 15 Pro Max y el Galaxy S23 Ultra están diseñados para soportar ciertas condiciones bajo el agua. Según Apple, su modelo estrella puede resistir inmersiones de hasta seis metros durante 30 minutos, mientras que Samsung garantiza resistencia hasta 1.5 metros por el mismo tiempo. Sin embargo, la congelación introduce nuevos desafíos, como la expansión del líquido en los puertos y la posibilidad de daño interno por temperaturas extremas. A pesar de ello, ambos dispositivos lograron salir ilesos.

El peligro de temperaturas extremas en los smartphones

Aunque este experimento demostró la resistencia de estos dispositivos, exponer un teléfono a temperaturas extremas, ya sea frío intenso o calor extremo, no es recomendable.

En ambientes fríos, la batería de litio puede perder eficiencia y provocar apagones repentinos, especialmente en temperaturas por debajo de los -5 °C, y aún más a -20 °C o menos. También pueden aparecer problemas en la pantalla, ya que los cristales líquidos de los paneles táctiles reaccionan más lentamente al frío.

El calor extremo tampoco es un aliado de los smartphones. Cuando un teléfono se sobrecalienta, su rendimiento se ve afectado debido a la reducción de la potencia del procesador (throttling), lo que provoca ralentizaciones. Además, el calor degrada la batería y limita el brillo de la pantalla.

Para mantener un teléfono en buen estado, se recomienda evitar su uso prolongado en temperaturas extremas, resguardarlo en una funda térmica en invierno y, en verano, no exponerlo directamente al sol ni utilizar aplicaciones exigentes durante periodos prolongados.

En conclusión, aunque este experimento demostró que los smartphones de alta gama pueden resistir condiciones extremas, lo mejor es no tentar a la suerte si quieres prolongar la vida útil de tu dispositivo.

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