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Narices que cambian de tamaño y corazones musculosos: los cambios menos conocidos que pueden ocurrir durante el embarazo

Para muchas de estas transformaciones se desconoce la causa exacta.

Narices que cambian de tamaño y corazones musculosos: los cambios menos conocidos que pueden ocurrir durante el embarazo

Hay ciertos cambios que podrían ser comunes para muchas embarazadas. Ya sean antojos de alimentos poco convencionales, una tez "resplandeciente" o náuseas matutinas.

Pero otros podrían ser mucho menos conocidos.

Recientemente, algunas mujeres han recurrido a las redes sociales para compartir fotos y videos de sus narices antes y durante el embarazo.

La tendencia, que se denomina "nariz de embarazo", ha puesto de relieve cómo esta parte del cuerpo en algunas mujeres se hincha y cambia de forma durante los meses de gestación.

No se sabe qué tan común es, ya que los niveles hormonales de las personas son diferentes y responden de manera diversa a los cambios del cuerpo.

Pero la certeza es que no es motivo de preocupación y es solo temporal. Por lo general se resuelve seis semanas después del nacimiento.

La razón por la que sucede se debe a los aumentos significativos en los niveles hormonales que ocurren durante el embarazo, particularmente debido al aumento de estrógeno, que relaja los vasos sanguíneos en todos los tejidos del cuerpo.

Esto permite que entre más sangre en los tejidos de la nariz, lo que hace que se expanda y cambie de forma, pareciendo más grande e hinchada.

Estos cambios hormonales también pueden causar secreción y congestión nasal (rinitis del embarazo) y hemorragias nasales, lo que afecta a una de cada cinco mujeres embarazadas.

Pero la nariz del embarazo no es el único cambio peculiar que una persona puede experimentar antes de dar a luz. Aquí te presentamos varios.

Corazón más grande

El corazón sufre una serie de cambios durante el embarazo para adaptarse al crecimiento del feto.

Los órganos abdominales se aplastan y se mueven para dejar espacio para el feto mientras se desarrolla, y como resultado el corazón se empuja hacia arriba del pecho.

Y no solo eso, el corazón también desarrolla músculos más gruesos y cambia de tamaño.

Esto se debe a que tiene que trabajar mucho más en este momento, latiendo hasta ocho veces más por minuto en comparación con antes del embarazo, para bombear el volumen adicional de sangre alrededor del cuerpo y hacia el bebé.

En algunos casos, la cantidad de sangre que circula por el cuerpo de una mujer se duplica durante el embarazo. Esto ayuda a garantizar que llegue suficiente oxígeno al bebé para apoyar su crecimiento.

Cambios en el color de la piel

La mayoría de nosotros hemos oído hablar del "resplandor" del embarazo, que hace que la tez de la piel de algunas mujeres se vea más brillante.

En realidad, algunas personas embarazadas experimentan una condición conocida como melasma, que hace que la piel alrededor de los ojos, la nariz, el mentón y el labio superior se oscurezca.

Es una afección extremadamente común que se da en alrededor del 75% de las mujeres embarazadas, pero es más típica cuando la piel es de tez oscura. Estos cambios, por lo general, desaparecerán poco después del nacimiento o cuando dejen de amamantar.

Se desconoce la causa exacta del melasma en el embarazo, pero se cree que están involucrados los aumentos de estrógeno y progesterona.

La piel que rodea el pezón (llamada areola) también puede oscurecerse durante el embarazo.

Aunque no se sabe con certeza la razón, podría ser para ayudar a los bebés recién nacidos a identificar el pezón para alimentarse.

Los recién nacidos no pueden distinguir completamente el color, solo las cosas que están muy saturadas y rojas, y no pueden ver mucho más allá de 30 cm de su cara.

En realidad distinguen mucho mejor la luz y la oscuridad, por lo que el contraste de la areola oscura en comparación con la piel clara que la rodea puede ayudarlos.

En la mayoría de las mujeres, la areola puede permanecer un poco más oscura de forma permanente después del embarazo.

Crecimiento (y caída) del cabello

Para muchas mujeres, su cabello crece y se ve más saludable durante el embarazo gracias al aumento de estrógeno en el cuerpo, lo que hace que los folículos pilosos permanezcan en modo de crecimiento.

Desafortunadamente, estos cambios hormonales afectan a todos los folículos pilosos, no solo a los de la cabeza.

Esto significa que el crecimiento del vello también puede ocurrir en lugares menos deseables durante el embarazo, incluido el labio superior, la parte superior de los muslos, el abdomen y la espalda, pero desaparecen después del parto.

Hair loss in pregnancy.

La pérdida de cabello también puede ocurrir después de dar a luz, debido a la caída de los niveles de estrógeno una vez las hormonas vuelven a la normalidad. La pérdida de cabello suele alcanzar su punto máximo alrededor de los cuatro meses después del nacimiento.

En la mayoría de los casos, el cabello vuelve a crecer.

Cambios en la salud bucal

El embarazo puede causar muchos cambios en la salud oral.

Los aumentos de estrógeno y progesterona pueden hacer que las encías sean más susceptibles al sangrado, la infección y a lastimarse.

De hecho, aproximadamente el 70% de las mujeres embarazadas experimentan gingivitis.

Los dientes también tienen un mayor riesgo de daño y caries durante el embarazo, especialmente si una mujer ha experimentado náuseas matutinas. Esto se debe a que el ácido estomacal puede disolver el revestimiento protector de los dientes.

Los dientes también pueden sentirse tambaleantes. Esto se debe tanto a los niveles de estrógeno como a los aumentos de una hormona llamada relaxina. Hace que todos los ligamentos del cuerpo se vuelvan más flexibles durante el embarazo para ayudar en el parto.

Pero si bien esto es útil en algunas partes del cuerpo (como la pelvis), la relaxina también afecta el ligamento que ancla cada diente individual en su lugar, lo que hace que se sientan flojos.

En algunos casos raros, puede ocurrir la pérdida de dientes. No está claro exactamente cuántas mujeres embarazadas experimentan esta situación.

Lo que sí se sabe es que es más probable que le suceda a las mujeres que han estado embarazadas varias veces y a quienes provienen de entornos socioeconómicos más bajos.

Por lo general, si una mujer pierde algún diente durante el embarazo, se debe a años de mala salud bucal, no solo a los cambios que ocurren durante el embarazo.

Si bien algunos de los cambios que experimentará la mujer durante el embarazo son menos que ideales, todos están diseñados para garantizar que el feto se desarrolle correctamente en el útero. Y afortunadamente, la mayoría son solo temporales.


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