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Seguridad a prueba

Tras lo que parecía un comienzo ideal de año nuevo, con una ciudad con calidad del aire buena luego de los festejos, sin homicidios y con escasos incidentes de tránsito, la realidad de la región se impuso de nuevo ayer en la capital del Estado.

Tras lo que parecía un comienzo ideal de año nuevo, con una ciudad con calidad del aire buena luego de los festejos, sin homicidios y con escasos incidentes de tránsito, la realidad de la región se impuso de nuevo ayer en la capital del Estado: La ejecución de 5 personas en el ejido Durango, presuntamente por problemas de narcomenudeo.

Es p osible que el nuevo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Gilberto Landeros Briseño, ni siquiera hay a alcanzado a darle un sorbo a su café, cuando le notificaron sobre la masacre, de esas que se niegan en las mañanas, perpetrada en una zona "caliente" del valle mexicalense.

Es precisamente esa zona donde apenas hace unas semanas uno jefe de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación, Osiel Arturo García, fue atacado a balazos por un comando armado en la colonia Carranza.

Osiel sobrevivió nada más porque el vehículo en el que viajaba era blindado y cuando pidió auxilio a gritos por la radiofrecuencia policiaca había otros policías en la cercanía. La masacre de ayer en el ejido Durango es sin duda es un gran reto para Landeros Briseño, quien ahora está a cargo de la seguridad estatal y los crímenes generan incertidumbre y miedo entre la población.

Quizá no se ha llegado a los extremos de pobl aciones en Guer rero, Michoacán, Jalisco o Zacatecas, donde los criminales controlan totalmente amplias zonas, en las que ni las fuerzas armadas se atreven a entrar.

En Baja California tal vez no se ha llegado a ese punto, pero el gobierno de Marina del Pilar Ávila Olmeda, junto con su nuevo Secretario de Seguridad Ciudadana, tienen la obligación de poner un alto a la delincuencia y recuperar para los bajacalifornianos de bien la tranquilidad del estado. Sin duda el general Landeros Briseño tiene un gran reto por delante... ahora falta ver si lo logrará.

DROGA Y POLICÍAS

Mucho ruido ha causado el que casi media corporación de la Policía Municipal de Rosarito, a cargo d e l s e c r e t a r i o d e S e g u r i d a d Ciudadana, Francisco Javier Arellano Ortiz, no haya acudido a practicarse el examen antidoping, realizado hace unas semanas, y es que en la historia de este joven municipio no había ocurrido algo similar.

Los mal pensados, que siempre los hay, aseguran que hubo “mano negra”, es decir, que se avisó de alguna manera para que aquellos policías que tienen sus “pecadillos”, no se presentaran al operativo sorpresa, que de sorpresa no tuvo nada.

Lo cierto es que de 237 policías convocados, sólo acudieron 124 y dos de ellos, arrojaron resultados positivos al consumo de la mariguana, pero curiosamente la Sindicatura no ha dado a conocer el camino a seguir para quienes no acudieron a la cita, máxime cuando hay el antecedente de que hace unos meses un agente policiaco murió por sobredosis, al parecer por consumo de fentanilo.

Así, la policía de Rosarito sigue dando mucho de qué hablar, pues los presuntos abusos de autoridad y sobornos han acaparado las redes sociales, a través de videos difundidos en estas plataformas, pero pareciera que la autoridad municipal ha minimizado las denuncias y las pocas acciones han sido muy laxas.

Habrá que ver qué se hace, si es que es así, porque hasta los más liberales se han escandalizado ante el hecho de la poca confiabilidad de los agentes, que cuidan la seguridad de Rosarito, pues quién podría apostar que los policías que por razones desconocidas no acudieron siquiera a una prueba de antidoping, están en sus cabales para resguardar a los rosaritenses. Lo más grave es el silencio de la Sindicatura, dependencia encargada del buen actuar de los funcionarios públicos.

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