“Acepta a nuestro rey, acepta a nuestro Dios”: “El Requerimiento” que utilizaron los colonizadores españoles para justificar su horrores en las Américas
El Requerimiento fue un documento utilizado por los colonizadores españoles para justificar la conquista y violencia contra los pueblos indígenas en América.
En Estados Unidos, el segundo lunes de octubre se celebra cada vez más como el Día de los Pueblos Indígenas, en lugar del tradicional Día de Colón. Cristóbal Colón, el explorador italiano que llegó a las Américas en 1492, ha pasado a simbolizar los horrores de los primeros imperios coloniales europeos. Colón fue un defensor notorio de la esclavitud de los indígenas taínos del Caribe, y su ambición era convertir la región en un centro de comercio de esclavos, como lo había sido Guinea en África Occidental.
Aunque Colón murió en 1506, los actos de violencia genocida que definieron el período colonial fueron llevados a cabo por muchos otros. Detrás de su figura, es fácil perder de vista las leyes y los mecanismos que permitieron la violencia colonial a gran escala. Uno de los más impactantes fue el Requerimiento, un documento que los colonizadores españoles utilizaban para justificar sus acciones violentas contra los pueblos indígenas.
¿Qué era el Requerimiento?
El Requerimiento fue un documento redactado en 1513, años después de la muerte de Colón, que estipulaba que, al encontrarse con un nuevo grupo indígena, los colonizadores debían leerles este texto. En él, se informaba a los indígenas que, a partir de ese momento, eran súbditos del rey de España y debían aceptar el cristianismo. Si no lo hacían, se les advertía que sufrirían las consecuencias de una guerra violenta.
El documento, en esencia, presentaba una elección que no lo era realmente. Los pueblos indígenas podían rendirse y aceptar la soberanía española, o resistirse y enfrentarse a la guerra y la esclavitud. El texto decía claramente: “con la ayuda de Dios, entraremos poderosamente en vuestro país... haremos guerra contra vosotros... tomaremos a vosotros, vuestras mujeres y vuestros hijos, y los haremos esclavos”. Cualquier muerte o sufrimiento resultante sería culpa de los indígenas por no haber aceptado las condiciones del Requerimiento.
La absurdidad de la imposición
El Requerimiento era, a todas luces, un ejercicio absurdo. Los colonizadores leían este documento a pueblos que no hablaban español, y ni siquiera contaban con traductores competentes para explicarlo. Incluso con la traducción, el documento resultaba ininteligible para los indígenas, ya que hacía referencia a conceptos bíblicos, la autoridad papal y la historia del cristianismo, temas completamente desconocidos para las comunidades nativas.
El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo fue testigo de la primera vez que se leyó el Requerimiento en la expedición de Pedrarias Dávila en 1513, en lo que hoy es Santa Marta, Colombia. Oviedo señaló lo obvio: no había nadie que pudiera ayudar a los indígenas a comprender lo que se les estaba exigiendo. Además, Bartolomé de las Casas, el célebre crítico de los abusos coloniales, calificó el Requerimiento de “absurdo” y “estúpido”, ya que exigía a los indígenas que se convirtieran a una religión que acababan de conocer, bajo la amenaza de violencia y esclavitud.
Impacto en los pueblos indígenas
Los pueblos indígenas reaccionaron de diversas maneras ante el Requerimiento. Algunos respondieron con resistencia armada, como los mayas chontales de Potonchán, que atacaron a los conquistadores de Hernán Cortés cuando este les leyó el documento tres veces consecutivas. Sin embargo, tras ser derrotados, aceptaron convertirse en vasallos cristianos de España, aunque exigieron que los españoles abandonaran su tierra. Cuando los españoles no cumplieron con esa condición, los indígenas volvieron a atacar.
En otras partes, los colonizadores utilizaron el Requerimiento para justificar el reasentamiento forzado de comunidades indígenas, como ocurrió con las tribus tahue en el Valle de Culiacán. Los colonizadores obligaron a estas comunidades a repoblar la región tras haber sido devastada por guerras anteriores. Este reasentamiento facilitaba la recolección de tributos y la evangelización.
El Requerimiento a menudo no era más que un preludio a la violencia. Los conquistadores a veces leían el documento fuera del alcance de los pueblos indígenas, o incluso ante árboles y chozas vacías, antes de lanzar sus ataques. En muchos casos, aunque los indígenas aceptaran las condiciones del Requerimiento, seguían siendo tratados como esclavos y sometidos a trabajos forzados y abusos brutales.
Legado de la violencia colonial
A pesar de la brutalidad del Requerimiento y su uso para justificar la conquista, muchos pueblos indígenas sobrevivieron, ya sea resistiendo militarmente o negociando nuevas relaciones con los colonizadores. Aunque el Imperio español se desvaneció con el tiempo, muchas de estas naciones indígenas continúan existiendo hoy, portadoras de una resiliencia que superó siglos de opresión y violencia.
El debate sobre cómo se debe recordar este período sigue vigente en América Latina. Por ejemplo, la presidenta Claudia Sheinbaum, de México, ha rechazado la conmemoración del 12 de octubre como “Día de la Raza” o de la “Hispanidad”, recordando que la llegada de los españoles representó sometimiento y destrucción para los pueblos originarios. Sheinbaum destacó que “nadie nos descubrió”, ya que México ya existía con sus grandes culturas antes de la llegada de los europeos.
La crítica hacia la Conquista y su legado de violencia y abuso contra los pueblos indígenas no solo apunta a figuras como Cristóbal Colón, sino también a las leyes y rituales como el Requerimiento, que pretendían dar una apariencia de legitimidad a actos de invasión y genocidio.
Artículo original publicado en The Conversation
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