Sonora puede ser potencia en el procesamiento de litio
Parece indispensable reconocer que la minería ha dejado escuetas derramas en Sonora
Algo que nos ha enseñado la Historia es que la explotación de los recursos naturales está lejos de ser garantía de desarrollo económico. Si lo anterior fuera falso, Zacatecas sería una potencia entre los estados y Cananea sería un Municipio líder a nivel nacional, cuando el primero brilla por falta de protagonismo y el segundo está lejos de serlo aquí mismo en Sonora. Son las ideas las que mueven al mundo.
La iniciativa para recuperar la soberanía nacional en materia eléctrica podría regularizar la explotación de litio en México. Según lo adelantado, serían empresas estatales las vanguardias sectoriales, mientras que las concesiones a privados ya expedidas serían respetadas en los términos vigentes. Esto abre una ventana de oportunidad en Sonora, que posee uno de los yacimientos más grandes del mundo, para pensar adónde queremos llegar en esta actividad crucial para el futuro de la electromovilidad y el almacenamiento de energía producida por fuentes renovables.
Parece indispensable reconocer que la minería ha dejado escuetas derramas en Sonora. Ni ser el Estado número uno en la producción de minerales y metales ha traído grandes cambios para las comunidades, los trabajadores y la población más frágil. Debemos aprender de los errores del pasado para evitar repetirlos en el futuro.
De poco serviría que Sonora se convirtiese en potencia en la extracción de litio. Ya lo somos en cobre, y entidades como la CDMX o Nuevo León superan nuestro nivel de vida con solvencia sin depender un ápice de la explotación de recursos naturales. Poco bien haríamos en conformarnos con extraer minerales sin agregarles valor ni aplicarles conocimiento avanzado para su procesamiento. Hasta ahora, la actividad minera estatal ha fracasado en sus tibios intentos de escalar en la cadena de valor. El primer paso para superar el atraso es admitir que la minería nos ha regalado nada y se ha llevado mucho. Toca ambicionar un poco.
Bolivia comanda la avanzada en Latinoamérica. Mientras Argentina y Chile se conforman con extraer y exportar el litio en bruto, el país sin salida al mar avanza en la construcción de plantas procesadoras del mineral. Tiene incluso la mente puesta en la manufactura de baterías y en un prototipo de vehículo propio. Sonora, tierra de grandes nombres de la industria automotriz, tiene incluso más ventajas para innovar. Que también este sector haya tenido pocas derramas y carezca hasta de un prototipo de bicicleta es alarmante y desnuda la conformidad que se apoderó de nuestras instituciones académicas y científicas.
Hoy debemos trazar nuevos horizontes. Toca sacudirse el letargo y empezar a caminar, acaso para que al menos nos acerquemos a todo aquello que podríamos llegar a ser. Nada impide que Sonora se convierta en unos años en una potencia procesadora de litio. Soñemos para actuar.
Hasta pronto
Esta columna llega hoy a su fin. Mi segunda aventura en EL IMPARCIAL termina aquí por un llamado del servicio público. La primera incursión en estas páginas fue cuando estudiaba la preparatoria. Un día (circa 2004) mi papá desplegó frente a mí una convocatoria para integrar un grupo de Columnistas Ciudadanos, y el resto es historia. Agradezco a él la fe, a mi mamá los recortes para la posteridad, al periódico el espacio y al lector el interés. Deseo que en un futuro no muy lejano un último capítulo cierre esta trilogía inconclusa. Mientras, nos leemos en Twitter, que nacimos para caminar.
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