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Taiwán: ¿Occidente jugando con fuego?

Las tensiones entre China y EU deben tomarse muy en serio

Las tensiones entre China y EU deben tomarse muy en serio. Pero probablemente Taiwán es, para China, el tema más sensible de todos los que le enfrentan con Occidente. Y lo está haciendo notar. En los últimos días, la fuerza aérea china ha enviado aproximadamente 150 aviones militares para efectuar sobrevuelos en el espacio aéreo de Taiwán, en un despliegue de fuerza que ha roto todas las marcas previas. El tema importa. Taiwán es justamente uno de los escenarios que, en casi todas las simulaciones y proyecciones, podría encender un conflicto armado entre Beijing y Washington. Van algunos puntos de contexto:

Primero, para China, Taiwán es una provincia en rebelión, no un país independiente. Beijing reclama soberanía plena sobre la isla y sus aspiraciones al respecto han sido transparentes desde siempre. La postura de EU y sus aliados ha sido que el estatus final de Taiwán debe resolverse por medios no militares.

Segundo, mientras sus relaciones con Washington fueron relativamente buenas, China ha estado dispuesta a seguir adelante con las fórmulas que permitan la coexistencia pacífica, aspirando a que eventualmente podría ocurrir para Taiwán algo similar a lo que ocurrió con Hong Kong, la implementación del modelo de "Un país, dos sistemas".

Tercero, durante la década pasada, como sabemos, las tensiones entre China y Estados Unidos fueron aumentando. Estas tensiones han tenido muy diversas manifestaciones como, por ejemplo: La ciberguerra, la guerra informativa, la guerra comercial, la guerra tecnológica, los choques en los mares colindantes con China, la competencia por espacios de influencia, y la carrera armamentista, entre otros. Pero de todos esos aspectos, quizá nada es para China tan sensible como Taiwán, algo bien conocido por Washington y por sus aliados, y que, por tanto, frecuentemente se convierte en un arma empleada para golpear a su rival.

Cuarto, la pandemia generó un entorno aún más complejo para las relaciones Beijing-Washington. Hacia mediados de 2020, de esas dos potencias, la que parecía más golpeada por el virus era Estados Unidos, lo que generó un vacío-oportunidad para Beijing. China se ha mostrado determinada a dar pasos en la proyección de su determinación al respecto de los temas que le enfrentan con Occidente.

Quinto, llegando Biden al poder, estas tensiones no sólo no han disminuido, sino que aumentaron. Washington está plenamente convencida de que China representa la mayor amenaza para su seguridad nacional y está haciéndolo saber de muchas formas. El fortalecimiento de sus distintas alianzas políticas, económicas y militares en la región forman parte del esquema. Taiwán también. Esto ha incluido desde medidas blandas hasta otros asuntos considerados más sensibles como la firma de nuevos acuerdos de armamento entre la Casa Blanca y Taipéi.

Sexto, China se ha mantenido respondiendo con varias medidas que incluyen sanciones económicas y comerciales, pero también mediante incursiones al espacio aéreo taiwanés y mediante ejercicios navales en zonas muy cercanas a la isla, desplegados con toda intención para mostrar su enojo antes las muestras de apoyo a Taipéi de EU y sus aliados.

El punto es que este tipo de despliegues e incursiones están creciendo como nunca. Esto no significa que ello vaya a detonar algún conflicto de manera inmediata. Pero los riesgos de que se produzca un incidente que pudiera salirse de las manos de todas las partes, están aumentando.

El asunto de Taiwán, en otras palabras, se está convirtiendo crecientemente en un jugar con fuego. La comunidad internacional y todos los actores interesados en desescalar las tensiones actuales necesitan prestarle la atención que merece.

Mauricio Meschoulam

Analista internacional

Twitter: @maurimm

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