Congreso estatal sensible
Esta visión parlamentaria facilita que la mujer en nuestro Estado tenga el camino más alfombrado para combinar su compromiso materno y familiar con sus labores fuera del hogar
El tema de la lactancia materna parecería, a primera vista, un asunto de interés sólo para las mujeres en edad de procrear y por igual a las enfermeras, enfermeros, doctoras y doctores cuya actividad se desarrolla con los infantes o en torno a la salud femenina. Ocurre tal situación por ignorancia o desinterés doloso en algo fundamental para la salud y el desarrollo de todas y todos. Ha sido muy cuesta arriba que la sociedad en su conjunto adquiera algo de sensibilidad sobre la nutrición y más aún sobre la alimentación infantil y todavía más sobre la lactancia materna. Lo común es que ignoremos que la calidad de la alimentación que recibimos desde el momento que nacimos determina en buena medida no sólo el desarrollo corporal sino también las condiciones intelectuales e incluso emocionales que nos acompañarán a lo largo de toda nuestra vida. Está bien documentada la incidencia que la lactancia materna tiene sobre el desarrollo de las defensas contra las infecciones pero también de otro género de enfermedades como cáncer, diabetes, presión alta, obesidad e incluso está claro que si se compara lo ocurrido a quienes fueron alimentados al seno materno oportuna y adecuadamente contra lo sucedido en quienes no tuvieron ese beneficio se verá que éstos últimos, como grupo, tienen más mortalidad, al menos durante el primer año de la vida. Y son de grave importancia otras consecuencias por no haber sido alimentados correctamente al seno materno como un mayor riesgo de crecer con menos capacidad cognitiva -es decir, menos poder de atención mental, de percepción, de aprendizaje, de memoria y un menor cociente intelectual- que quienes fueron adecuadamente alimentados con leche materna. En pocas palabras, una nula o deficiente alimentación al seno materno traerá niños, adolescentes y adultos más enfermizos y menos inteligentes. Si todo esto no es suficiente para entender de una vez por todas la gravedad de este asunto, pues quién sabe que argumento pueda ser útil para interesarnos en él. “Infancia es destino” es el título de un ensayo de Santiago Ramírez, médico y psicoanalista mexicano, y que bien podemos aplicar a la participación que en el destino de una persona tiene la calidad de su alimentación desde sus primeros días de vida; simplemente tomar en cuenta que en esa primera etapa de nuestra vida fuera del cuerpo de nuestra madre se continuarán confeccionando poco a poco muchas características que nos irán definiendo para toda la vida. En lo personal debo mencionar que yo no tenía un especial interés por este tema pero resultó que en el hospital privado donde ejerzo se tiene, desde hace ya buen número de años, una política organizacional exclusiva para la promoción y capacitación sobre la alimentación al seno materno desde el nacimiento de cada niño, e incluso desde antes del parto cuando es posible. Pues muy bien, quizás por todo esto me ha complacido encontrar en la página digital del Congreso del Estado de antier, y el día de ayer en este diario, la información de que nuestras diputadas y diputados por unanimidad han palomeado una iniciativa concretamente dedicada a fortalecer la lactancia materna con una reglamentación que extiende las facilidades de tiempo, descansos, lugar y salario necesarias para que las madres en Sonora tengan mejores oportunidades de dar cumplimiento a la lactancia de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y de manera gradualmente combinada con otros nutrientes en lo sucesivo; es de aplaudir que se incluyen igualmente niñas y niños adoptados menores a dos años de edad. Esta visión parlamentaria facilita que la mujer en nuestro Estado tenga el camino más alfombrado para combinar su compromiso materno y familiar con sus labores fuera del hogar. No sólo se trata de una “cosa buena” del Congreso del Estado sino de sensibilidad y madurez parlamentaria (y de pasadita una lección a la diputación de otros estados. Y a la federal).
Médico cardiólogo por la UNAM. Maestría en Bioética.
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