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Tapón del Darién, nostalgia de Venezuela

Es el obstáculo más cruel que han de sortear los migrantes venezolanos en su éxodo hacia los Estados Unidos

El flujo de migrantes venezolanos hacia los Estados Unidos había estado creciendo dramáticamente en los últimos meses; en lo que va de este 2022 han sido poco más de 150 mil venezolanos –un promedio de más de 16 mil cada mes- los que han llegado a la frontera entre México y los Estados Unidos con el anhelo de ver cumplido su arribo permanente al Norte del río Bravo.

La inmensa mayoría de esos migrantes venezolanos tuvieron que atravesar no sólo siete u ocho países, sino especialmente una región geográficamente muy complicada y sobretodo muy peligrosa, y tanto, que desde hace ya décadas y debido a las dificultades para atravesarla con éxito, se le ha venido a llamar “el Tapón del Darién”, pues está en la región panameña del Darién. Es una selva pantanosa y con tramos montañosos en donde abundan el puma, el caimán y varias especies de serpientes venenosas y tiene una expectativa de lluvias torrenciales como pocas en otros lugares del mundo.

Atravesar “el tapón” lleva de cuatro a ocho días, pero en ocasiones pueden ser hasta 10 o doce. Obviamente es un largo tramo sin carretera, pues la ruta Panamericana allí se interrumpe tanto del lado colombiano como del panameño.

Es el obstáculo más cruel que han de sortear los migrantes venezolanos en su éxodo hacia los Estados Unidos. Pero desde el recién pasado 12 de octubre los migrantes se topan con otro tapón, uno que no habían previsto ni sospechado que bloquearía sus anhelos de vida: Un brusco giro de política migratoria del actual Gobierno norteamericano con dedicación especial para los venezolanos que intentan internarse en los Estados Unidos de manera illegal, y es que serán devueltos a México a causa de las crecientes presiones políticas internas que empujaron al presidente Biden a detener de manera enérgica la inmigración venezolana a su País.

Y es que hubo fuerte presión de varios gobernadores republicanos que comenzaron a enviar aviones y autobuses con migrantes venezolanos hacia estados de gobiernos demócratas no preparados para albergaros y atenderlos. Sólo cuatro venezolanos han sido admitidos a permanecer en los Estados Unidos a partir del día 12 de octubre tras haber cumplido con los nuevos requisitos. Hoy, este segundo “tapón de Darién” burocrático e impermeable se suma al antiguo tapón selvático.

Los migrantes venezolanos que logran atravesar son devueltos a nuestro lado sumándose a una creciente muchedumbre de migrantes que, careciendo de pasaporte y dinero, simplemente no tienen a dónde ir y tampoco tienen dónde estar. Están atravesando días muy crueles, no sólo por enterarse que no pueden estar al Norte del Bravo, sino además sin saber dónde finalmente quedarán. Una incertidumbre angustiosa.

La opción de un regreso próximo a Venezuela no es dable para muchos que carecen de documentos y ya quedaron sin recursos. Ya sufrieron lo indecible para atravesar, a veces con niños y enfermos, un tapón lleno de pantanos y serpientes y hoy sufren más al tener frente a ellos un muro burocrático de acero impenetrable.

Vendieron todo lo que tenían en su País para poder desplazarse y están agotando ya todo lo que traían en el bolsillo para comer. Un Gobierno de ideas desgastadas, cínicamente engañador, populista y por supuesto autoritario no tiene nada qué ofrecerles sino un país en quiebra progresiva desde hace 10 años del cual salieron desesperados y al que muchos regresarán desesperanzados.

Uno de cada cuatro venezolanos ha abandonado su país desde 2015 y suman ya siete millones en total. ¡Cómo da vueltas la vida!

Médico cardiólogo por la UNAM. Maestría en Bioética.

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