Ajustes-aumentos
Me queda claro que al gobernador Durazo no le quedó otra opción, que actualizar, ajustar, ordenar las finanzas estatales
Hay condiciones políticas, las ideales diría yo, para que desde Palacio se tenga varios frentes abiertos sin que pase a mayores.
Tampoco estoy diciendo que sea la intención, pero es un hecho que actualmente el gobierno de Alfonso Durazo puede aventarse “tiros” que a cualquiera de sus antecesores costarían carísimos.
Ahí tiene usted que pronto los contribuyentes sonorenses vamos a experimentar una serie de incrementos reales en los pagos de algunos derechos e impuestos que nos cobran las autoridades estatales.
El secretario de Hacienda, Omar del Valle Colosio les dio un nombre del que no me acuerdo al momento de redactar este texto, pero eso no importa.
Al final de cuentas si se va a pagar más por algo es un aumento, ya si le quieren decir de otra forma es lo de menos.
No hay una oposición sólida en Sonora capaz de al menos canalizar las eventuales inconformidades que esto está generando, de modo que lo que nos queda es la sociedad civil organizada y las cámaras empresariales.
Pero tampoco hay que hacernos muchas ilusiones.
Al final de cuentas lo que vemos es lo que resulta cuando desde el Gobierno federal se les aprieta el cinturón a los estados, por muy de Morena que sean y entonces se les obliga a ponerse creativos, a sacar de donde puedan para cumplir con el gasto programado.
Con la maravillosa ventaja de que poco se le puede reclamar al Gobierno federal, que además en términos de las encuestas recientes sigue gozando de cabal salud política, pero no financiera.
Me queda claro que al gobernador Durazo no le quedó otra opción, que actualizar, ajustar, ordenar las finanzas estatales.
El fondo es una narrativa y una política que viene desde la Federación y que se ha implementado desde el inicio del sexenio de López Obrador, pero como todos andaban embriagados de felicidad por la llegada de la 4T, nadie puso atención.
Había llegado el momento de que los estados y los municipios dejaran ya de extender su mano para pedirle dinero a la federación en vez de meter orden en las finanzas locales, cosa que no necesitaron mientras llegaban las participaciones, los excedentes petroleros, etcétera.
Olga Sánchez Cordero se paseó por todo el País siendo secretaria de Gobernación advirtiendo en foros municipalistas que ya era tiempo de implementar ese orden que se había perdido.
Era urgente que los estados y municipios aprendieran a rascarse con sus propias uñas porque el Gobierno federal estaba ampliando velozmente sus programas sociales e iba a necesitar hasta el último centavo de lo que recauda.
Y ni modo que no, ahí tenemos al alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán, implementando agresivas campañas de cobranza, porque además no le queda de otra, aunque nos choque eso.
No se va a esperar a que del Gobierno federal le manden dinero porque eso no va a suceder.
Ah pues exactamente lo mismo está pasando en el Estado, que rediseña, ajusta, aumenta y ordena porque de allá llegan muchos apapachos, pero dinero no tanto.
Tendrán que poner la cara y aguantar vara.
Yo no veo el menor atisbo de oposición a la iniciativa de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos del Estado, estando el Congreso con una cómoda mayoría aliada del Gobierno.
Son al final las herramientas que le quedan al Gobierno. Ahora más que nunca la gente debe ver que sus impuestos trabajan, porque esa será la única manera de que al tiempo acepten esas nuevas medidas.