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Encuentro de conservadores

Desde hace un lustro este grupo ha decidido llevar su visión, su proyecto y sus planes al exterior de Estados Unidos con el afán de conseguir aliados

El fin de semana pasado, 18 y 19 de noviembre, tuvo lugar en la Ciudad de México un evento peculiar: La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), una organización fundada hace varias décadas en los Estados Unidos, hija putativa del partido republicano; Ronald Reagan fue el principal orador en la primera convocatoria en 1974. La CPAC se ha reunido cada año con activistas conservadores y funcionarios o legisladores electos de los Estados Unidos y es organizada por la Unión Conservadora Estadounidense.

Desde hace un lustro este grupo ha decidido llevar su visión, su proyecto y sus planes al exterior de Estados Unidos con el afán de conseguir aliados, predicar su exigua visión del mundo e impulsar su agenda ultraderechista. En el 2017 se organizó la primera conferencia internacional en Japón. Luego siguieron reuniones en Australia, Brasil, Corea del Sur, Hungría y ahora en México.

Un actor de telenovelas tamaulipeco, activista en obras de beneficencia y colaborador de Donald Trump, Eduardo Verástegui, ha sido el creador y puntal de esta iniciativa. Él lidera también al Movimiento Viva México que llama católico, y que pretende promover valores tradicionales y atender en conjunto problemas de la sociedad. Su catolicismo no parece cercano al del Papa Francisco, para empezar la raíz del movimiento allende la frontera tiene tintes racistas y autoritarios, y confunde la promoción de los “valores” con una cruzada no demasiado disimulada del “American way of life” y la necesidad de algunos elementos del partido republicano de contar con aliados en otros países y regiones.

Estaban invitados al cónclave Steve Bannon, estratega del ex presidente Donald Trump, también convidado, y Eduardo Bolsonaro, hijo del aún presidente Jair Bolsonaro. Asistieron también muchos mexicanos afines al conservadurismo. Además de Eduardo Verástegui y su Movimiento Viva México, participaron los ex diputados del extinto Partido Encuentro Social Juan Carlos Leal y Elsa Méndez, impulsores del PIN Parental -iniciativa creada en España por el partido VOX que busca que las escuelas notifiquen a los padres si sus hijos recibirán clases de educación sexual- o Juan Iván Peña Neder, ex coordinador de asesores de la Secretaría de Gobernación con Felipe Calderón, ex coordinador de las Redes Sociales Progresistas a favor de López Obrador y hoy dirigente de la organización “México Republicano”, que impulsa junto con Larry Rubin, representante del Partido Republicano en México, que parece ser cabeza de playa de los republicanos en nuestro País y espectro político.

También asistieron el polaco Lech Walesa, aliado de Juan Pablo II, la hija del General Ríos Mont, presidente golpista de Guatemala, el hijo del dictador Trujillo de la Dominicana, el senador republicano Ted Cruz, y personajes de ultraderecha de Chile, Argentina, España. Un batiburrillo de lemas y propuestas de cambio (retroceso más bien) social, de defensa de la economía neoliberal, de una religión conservadora y retrógrada, quizá alejada de la fe pero no del rito, y nostálgica de alianzas con fuerzas políticas y económicas más del corte represivo y excluyente.

Llama la atención el énfasis en la defensa de los valores, de Dios y la familia, como conceptos abstractos, mientras a la vez atacan a los gobiernos progresistas a quienes califican de comunistas, socialistas y delicuenciales, además de ilegales: Desde Biden, hasta Lula, pasando por López Obrador, todos fueron elegidos, dicen, en votaciones fraudulentas: ¡Vaya concepción de democracia...!

“Es muy importante para los conservadores de todo el hemisferio que se unan para defender a Dios, la familia…”, aseguró Donald Trump en su discurso en línea. Ellos dicen custodiar los valores, y agreden a quienes son diferentes y no comparten sus usos y costumbres, los insultan y menosprecian en nombre de un dios, así con minúscula, que conviene a su afán de justificación y diseñado para atacar a quienes no les siguen; un dios a su medida y alejado del amor, la comprensión y el respeto al otro. El prójimo, para ellos, es solamente quien encaja con su estrecha perspectiva...

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