El Imparcial / Columnas / Columna México

La inteligencia artificial y la educación

Lo que necesitamos enseñar es resiliencia y agilidad mental, a superar los problemas y a hacer frente a la adversidad

Manuel G. Pascual, redactor de la sección de Tecnología de El País, entrevista a Kenneth Cukier (Estados Unidos, 1968), editor ejecutivo de The Economist e investigador sobre inteligencia artificial (IA) en la Universidad de Oxford (El País, 9.12.22).

En 2013, Cukier se dio a conocer internacionalmente con la publicación de Big data: La revolución de los datos masivos, en colaboración con Viktor Mayer-Schonberger, que se tradujo en más de 20 idiomas y en 2014 dieron seguimiento al tema con Learning With Big Data: The Future of Education.

La conversación tuvo lugar en Madrid, en el marco de las conferencias EnlightED, organizadas por la Fundación La Caixa y la Fundación Telefónica.

Cukier plantea que “aunque debemos adoptar la tecnología y los datos, no hay que hacerlo a expensas del elemento humano, de los profesores, de los compañeros de clase. Y si vamos a replantear la forma en que enseñamos en un entorno digital, debemos reconocer que estas funciones analógicas son realmente fundamentales”.

Y añade que “en última instancia, lo que necesitamos enseñar es resiliencia y agilidad mental, a superar los problemas y a hacer frente a la adversidad. Ese es el núcleo de lo que creo que van a ser las necesidades de mucha gente en el siglo XXI”.

En versión del editor ejecutivo de The Economist una forma evidente en la que la IA puede ayudar a la educación está, a manera de ejemplo, en que “si los chicos usan tabletas o dispositivos conectados, puedes averiguar cuándo están leyendo y a qué hora lo hacen; puedes consultarles, interrumpirles con una prueba para mantenerles alerta”.

Y “también puede ayudar al docente a ser mejor. Sé de un caso en el que un profesor estaba estudiando las tareas y se dio cuenta de que el 80% de la clase había respondido mal y que la respuesta era exactamente igual en un examen de matemáticas, lo que sugería que no eran los niños los que se equivocaban, sino que él necesitaba mejorar su estilo de enseñanza”.

Para introducir la tecnología en las aulas “hay que buscar fórmulas creativas para encontrar más docentes, por ejemplo recurriendo a profesionales con jubilación anticipada o empleados de otros sectores que puedan capacitarse con alguna formación como asistentes del profesor”, dice el investigador de Oxford.

Y esto porque “es clave que los niños tengan más interacción con los instructores y que el aprendizaje no se limite a una certificación basada en vomitar contenidos memorizados, sino en una exploración acompañada de la creatividad y la imaginación, de hechos y de aprendizaje”.

Cukier considera que “poco a poco dejaremos de hablar de IA, de la misma manera que no hablamos ya de la informática. Cuando uno va a un hospital, no dice que ha tenido una atención médica computarizada, por mucho que haya ordenadores por todas partes. Ahora estamos en un periodo de adaptación”.

Para Cukier la carrera por IA entre China y Estados Unidos sigue y no está decidida, por ahora “Occidente tiene una cierta ventaja en todas las tecnologías. Puede que no dure mucho, pero ahí está” y advierte que el siguiente paso de la IA se usará en el “armamento y en la logística. Aquí también, la carrera está abierta y va a ser muy dura”.

Y añade que “sobre este tema, opino lo mismo que ha dicho Henry Kissinger: Quienes creen en la democracia liberal deberían investigar el armamento inteligente para no perder la ventaja de esta tecnología, pero al mismo tiempo deberían iniciar conversaciones para establecer acuerdos de control de estas armas”.

Twitter: @RubenAguilar

Temas relacionados