Intencionalidad discursiva

Humberto Maturana sostenía que “todo lo dicho siempre es dicho por alguien”, es por ello que no podemos negar ni aceptar que se niegue que lo que se nos presenta como narrativa sobre el estado que guarda la gestión pública y sus consecuencias para México conllevan intencionalidad y responsabilidad de quienes buscan conservar o alcanzar el poder público en 2024.

En el espectáculo de lo absurdo en defensa de lo indefendible pasa a segundo término la realidad, las consecuencias alcanzan a todos en el diario devenir. Esta semana las tasas de Cetes a 28 días llegaron a 10.7%, la Tasa Interbancaria (TIIE) a la cual están ligados los financiamientos a empresas, gobiernos estatales y municipios para esta semana se ubica en 10.789%, ambas en su nivel más alto en 20 años. En los criterios generales de política económica para 2023 la Secretaría de Hacienda proyectaba una tasa promedio de 8.9% así como requerimientos de endeudamiento equivalentes a 4.1% del PIB. Los gobiernos tendrán que ajustar sus finanzas públicas para amortiguar el impacto o seguir en la marcha ascendente de deuda y gasto deficitario. El sector privado ante el aumento en tasas, aunado a los indiscriminados incrementos en impuestos y costos derivados de legislación, tendrá que buscar nuevas fuentes de capital, ajustarse el cinturón aún más o diferir nuevas inversiones. Para las familias otro año más de incertidumbre.

Recientemente la titular del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, afirmó que reducir la inflación seguía siendo el objetivo. Por su parte Lael Brainard de la Reserva Federal de Estados Unidos da señales de que continuará en su política monetaria restrictiva en búsqueda de regresar a su meta de inflación y mantener el empleo. Kristalina Georgieva del Fondo Monetario Internacional señalaba que hay señales de que la economía mundial esta “menos mal” que hace unos meses, pero que todavía pudiera haber “consecuencias dolorosas” en camino. La reapertura de China post Covid presionara los mercados de energéticos, metales y otros insumos. Para México este escenario presenta retos y oportunidades generacionales importantes en un angosto corredor de actuación que privilegie inversión, crecimiento y establecimiento de empresas. La proyección de crecimiento más reciente del Banco Mundial para México de un 0.9% del PIB debería ser causa de preocupación y un llamado a la acción, un sexenio perdido en materia de crecimiento económico tiene consecuencias reales evidenciada en los desastrosos resultados en reducción de pobreza y incremento en movilidad social.

Esta semana se ratificó como subgobernador de Banco de México a Omar Mejía repudiando lo que establece la ley, continúa la desenfrenada marcha de captura de instituciones. La independencia del Banco Central es fundamental para la estabilidad económica ante las tentaciones de un 2023 político y un 2024 electoral. Los sueños de captura de un Presidente, truncados en su intentona de controlar la Suprema Corte, avanzan en Banxico. Captura institucional, cuya finalidad es perpetuarse como grupo político en el poder. Captura que en la práctica, ante los inexistentes avances en materia anticorrupción, facilita la extracción de rentas públicas para fines de grupo y usufructo privado.

Nietzsche en la Genealogía de lo Moral plasmaba: “Mientras que el hombre noble vive con confianza y franqueza frente a sí mismo […] el hombre del resentimiento no es ni franco ni ingenuo ni honesto y derecho consigo mismo”. En su diatriba diaria repleta de solecismos, un Presidente resentido confrontado con la realidad, con la historia, con adversarios reales e imaginarios, con las ambiciones de sus corcholatas y finalmente consigo mismo, exhibe su frustración, furia y desesperación ante el evidente fracaso de su administración en los temas torales de su oferta política: Primero los pobres, seguridad, militarización, educación, salud, desarrollo y anticorrupción entre muchos otros.

Observo a un López Obrador con un discurso cada día más beligerante, desencajado y peligroso por sus consecuencias. A meses de presentarse por interpósita persona ante un electorado que depositó en él la esperanza de un México transformado, el retroceso es irreversible en los pocos meses que le quedan. Nuevamente la lista de pendientes para el próximo gobernante es grande y el estado que guarda la administración federal es frágil ante unas finanzas públicas endebles y una sociedad desilusionada de la autenticidad de los políticos de siempre.

Para este 2023 habrá que privilegiar la construcción de una narrativa cuya intencionalidad sea la construir alternativas que hagan historia, revertir la tendencia alarmante en educación, Estado de derecho, democracia, seguridad, salud y participación ciudadana. Hay que enfrentar el reto que se nos presenta con optimismo, alegría, confianza y franqueza ante nosotros mismos dejando atrás la narrativa del resentimiento y división que los actores públicos nos ofrecen.