Voz del Papa
Nos encontramos que ante el milagro, por extraño que parezca, no es bien recibido por algunas personas.
PARA SABER
“Si quieres cambiar tu vida, intenta dar las gracias. Cambiará tu vida poderosamente”, nos dice Gerald Good. En efecto, podemos encontrar que quien da gracias, fomenta una actitud positiva y humilde ante la vida. El papa Francisco comentó las diversas reacciones ante un don recibido, tomando el pasaje del Evangelio en que Jesús otorga la vista a un ciego de nacimiento.
Nos encontramos que ante el milagro, por extraño que parezca, no es bien recibido por algunas personas. En primer lugar, están los discípulos, que ante el ciego se preguntan si fue su culpa o la de sus padres, buscan un culpable. Podemos también buscar a quien culpar, en vez de sentirnos involucrados ante un problema. Después, curado el ciego, unos se muestran escépticos, otros temen a las autoridades, otros no lo aceptan por prejuicio contra Jesús o porque no quieren cambiar ni aceptar la verdad. El único que reacciona bien es el ciego que está feliz de ver.
El papa Francisco nos invita a cuestionarnos: Nosotros, ¿qué posición tomamos?, ¿sabemos, como el ciego, ver el bien y ser agradecidos por los dones que recibimos? ¿Somos libres frente a los prejuicios o nos asociamos a los que difunden negatividad y chismes? ¿Estamos felices de decir que Jesús nos ama, nos salva o, nos dejamos enjaular por temor a lo que pensará la gente?
PARA PENSAR
Un alma recién llegada al Cielo se encontró con San Pedro. El santo le hizo un recorrido por el Cielo. Pasaron por unos grandes talleres llenos de ángeles. San Pedro se detuvo: “Esta es la sección de recibo. Aquí se reciben todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración”. Miró y estaba terriblemente ocupada con muchos ángeles clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel de personas de todo el mundo
Siguieron caminando hasta que llegaron a otra: “Esta es la sección de empaque y entrega. Aquí, las gracias y bendiciones que la gente pide, son empacadas y enviadas a las personas que las solicitaron”.
El alma vio cuán ocupada estaba. Tantos ángeles como tantas bendiciones estaban siendo empacadas y enviadas a la Tierra.
Finalmente, en la última sección, sólo había un ángel haciendo muy poca cosa. “Es la sección del agradecimiento” dijo San Pedro. “Pero, ¿por qué hay tan poco trabajo?” preguntó el alma. “Suele pasar que después que reciben las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento”. ¿Y cómo se agradece a Dios?”Contestó san Pedro: “Pues muy simple, sólo tienes que decir: “Gracias Señor”.
Pensemos si tenemos un corazón agradecido, presto para reconocer los bienes recibidos.
PARA VIVIR
“El corazón que da gracias es feliz porqueno podemos sentirnos agradecidos e infelices al mismo tiempo. Cuanto más agradecemos, más nos sentimos agradecidos”,dice el doctor Mark Hyman. Todo lo que tenemos es un don de Dios: Nacimos sin nada y se nos ha otorgado incluso la misma existencia.
Pidamos la gracia de sorprendernos cada día por los dones de Dios y saber ver en las diferentes circunstancias de la vida, también las más difíciles de aceptar, como ocasiones para obrar el bien, para confiar en el Señor, como el ciego que confió y recobró la vista.
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