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Utopía

Por el bien de todos primero las y los pobres

Por más que aquellos opositores al Gobierno de López Obrador han intentado a lo largo de cinco años denostar la premisa insignia de la cuarta transformación “por el bien de todos, primero los pobres”, las estadísticas han demostrado que la visión de gobernar con austeridad, sin condonar impuestos a los más acaudalados y dar prioridad a las y los más vulnerables, puede ir poco a poco acotando la brecha de las desigualdades en México.

En días recientes se publicaron las estadísticas sobre medición de la pobreza en nuestro País, realizadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), destacando que actualmente existe una reducción de 8.9 millones de personas que antes se encontraban en situación de pobreza y que actualmente han logrado mejorar su situación socioeconómica, pasando de 55.7 a 46.8 millones de personas pobres en el País.

El caso del Estado de Sonora no es la excepción, ya que contamos con el índice más bajo de pobreza de los últimos catorce años, consecuencia de las diversas acciones de Gobierno encaminadas a poner en el centro de los esfuerzos de las instituciones a las personas más necesitadas.

De manera constante se ha tratado de minimizar la premisa “por el bien de todos, primero los pobres”, etiquetando los programas sociales del Gobierno de México como acciones paliativas y asistencialistas, sin contemplar que las estrategias de la actual administración federal van más allá de eso.

Recordemos que la estrategia de bienestar del actual Gobierno se enfoca en el combate a las desigualdades de manera horizontal, no es limitativa a la ejecución de los programas sociales, sino que se emplean también cambios históricos en las relaciones de producción en México, como el aumento al salario mínimo, mayores registros de empleo formal y aumento en los servicios básicos de vivienda.

Es equivocado señalar a los programas de bienestar del Gobierno de México como políticas públicas asistencialistas, ya que el 8 de mayo de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al artículo cuarto de la Constitución mexicana, reconociendo como derecho humano las pensiones no remunerativas para adultos mayores y las becas para estudiantes como garantía del derecho a la educación.

La amplia reducción de los índices de pobreza y el aumento a la accesibilidad de otros derechos, es una deuda histórica que los gobiernos han tenido con la ciudadanía; sin embargo, el Gobierno de López Obrador ha demostrado que lejos del paternalismo, si se ejerce el presupuesto federal y la inversión pública sin que prevalezcan los intereses personales, se pueden ir acotando las brechas de desigualdades.

Es importante comprender que los gobiernos están para velar por las necesidades de las mayorías, debe ser siempre su postura el defender la sana distribución del presupuesto público, no permitamos nuevamente que se entreguen bienes de la Nación a particulares o que se concesione el derecho a la educación, a la salud, al agua, etcétera.

Licenciada en Derecho con especialidades en Filosofía del Derecho y Derechos Humanos.

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