Colmena
Hoy más que nunca antes está claro que el estudio del espacio es una inversión estratégica para el progreso y lo irá siendo cada vez más para el bienestar de la humanidad.
¿Qué aprovecha a México una misión nuestra a la Luna? Bueno, en primer lugar hay que decir que “Colmena” ya está comprometida y que entre las dos y tres de la madrugada de pasado mañana lunes despegará desde Cabo Cañaveral, Florida, la primera misión mexicana a la Luna.
El liderazgo de la misión recae en la UNAM, concretamente bajo la responsabilidad del doctor en ciencias Gustavo Medina Tanco, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares y del Laboratorio de Instrumentación Espacial de esa casa de estudios. Se trata de poner sobre el suelo lunar cinco minúsculos robots de poco menos de 60 gramos cada uno, los cuales una vez expulsados de la nave transportadora hacia la superficie lunar se podrán comunicar entre sí para interactuar y entonces ensamblar un panel solar generador de energía.
Los diminutos robots son los más pequeños hasta ahora diseñados para colocarse en una misión espacial y posarse sobre un cuerpo celeste y su objetivo primario es ponerlos a prueba en el amenazador ambiente espacial, y como objetivo secundario es efectuar un análisis más profundo de la superficie y regolito o polvo de nuestro satélite natural para precisar sus propiedades físicas y descubrir cómo afectan éstas a las telecomunicaciones, además de aportar información útil para venideras tareas de exploración minera en la Luna, entre otras posibilidades.
Es la primera misión espacial latinoamericana, originaria y totalmente desarrollada en México, teniendo como central a la UNAM y con participación del Instituto Politécnico Nacional, así como el apoyo de la Agencia Espacial Mexicana, organismo gubernamental establecido en 2011 precisamente para la promoción de iniciativas como ésta, entre otras.
Más de 200 investigadores y académicos jóvenes se involucraron en este proyecto desde sedes académicas tanto en la capital del País como desde los estados de Baja California, Yucatán, Chiapas y Quintana Roo.
Los minirobots mexicanos viajarán a la Luna en la nave “Peregrin”, de la empresa Astrobotic, en la misión llamada Peregrin Mission One (PM1); dicha nave será a su vez colocada en el espacio por el transbordador Vulcan Centauro y la duración del viaje será de aproximadamente 35 días y de casi 400 mil kilómetros. Astrobotic es una empresa estadounidense seleccionada por la NASA como integrante de su iniciativa “Servicios Comerciales de Carga Lunar” (CLPS, por sus siglas en inglés).
¿Qué ventajas ofrece esta misión? Simplemente considerar que la Luna es fuente de recursos como agua, metales, helio y más; es una estación escala fácil para las misiones espaciales más distantes; es también un recurso para estrechar relaciones de las naciones entre sí y fomentar la cooperación recíproca en avance científico y tecnológico.
Hoy más que nunca antes está claro que el estudio del espacio es una inversión estratégica para el progreso y lo irá siendo cada vez más para el bienestar de la humanidad, toda vez que promueve la interacción y compromiso entre pueblos, gobiernos, empresas, instituciones académicas, organizaciones de información y será una oportunidad -quizá la mejor, e incluso la única, en un momento dado- de aprovechar recursos hoy insospechados para enfrentar los enormes retos que desde ahora atisbamos.
En una conferencia de 2017 del arriba citado doctor Medina Tanco, puesta en la red en video, él ya advertía que el rezago de nuestro País en materia de exploraciones espaciales es de seis décadas, a pesar de contar con personas, instituciones y organizaciones capaces de lanzarse a profundizar en la actividad espacial, y es que la exploración e información espacial es fundamental como punto de partida no sólo para un conocimiento científico y desarrollo tecnológico sin un destino práctico, sino que lo será cada vez más para el progreso socioeconómico de los pueblos, tal y como lo fue el descubrimiento de nuevas tierras por quienes nos precedieron siglos atrás.
Los frutos del espacio también son nuestros. Y más lo serán de nuestros hijos.
CV: Médico cardiólogo por la UNAM. Maestría en Bioética.
CORREO: jesus.canale@gmail.com