El panorama económico 2024 es doblemente alentador
Las debilidades son pocas, pero significativas. La mayor amenaza está anclada al vecino del Norte.
El 2023 resultó mejor de lo esperado. Los economistas del sector privado encuestados por el Banco de México pronosticaban a inicios de ese año sólo 0.9% de crecimiento del PIB. Se han de haber llevado una (in)grata sorpresa -según el sesgo político- conforme se consumían los meses, la economía rebasaba expectativas y caían revisiones positivas en cascada. Contra pronóstico, la economía terminará expandiéndose en torno al 3.5% a falta del último dato trimestral. Ahora, en este 2024 los estimados sobrevuelan el 2% con un panorama alentador.
Las fortalezas económicas pintan para sostenerse. La masa salarial, definida como el producto de las remuneraciones y los puestos laborales, seguirá expandiéndose a buen ritmo impulsada por políticas como el aumento significativo del salario mínimo, candados a la subcontratación, ajustes al T-MEC y expectativas de relocalización de inversiones. El consumo privado extenderá su racha positiva por una combinación de aumentos salariales reales, apreciación cambiaria favorable a las importaciones, menor inflación versus 2023, nuevas plataformas de banca digital, elevada confianza del consumidor, flujo continuo de programas sociales y pensiones, y en menor medida, llegada de remesas, sobreponiéndose todos a crecientes tasas de interés. La producción industrial mantendrá dinamismo por una combinación de inversión pública en aduanas, puertos, acueductos, presas, aeropuertos y trenes, principalmente, y de inversión privada en naves industriales y obras complementarias para los proyectos públicos. Las finanzas públicas seguirán sanas.
Las debilidades son pocas, pero significativas. La mayor amenaza está anclada al vecino del Norte, que aún padece bajas tasas de crecimiento y ciertas señales de agotamiento del mercado laboral; la economía mexicana comienza a registrar menor empleo cíclico en manufactura y una caída en las importaciones intermedias (ligadas a las exportaciones) que podrían anticipar letargo externo o incluso alguna tormenta en el segundo semestre. Otro riesgo descansa en la política restrictiva del Banco de México: Con tasas de política monetaria en 11.25% y de inflación en 4.32%, ese diferencial del 7% (real) coloca al País sólo detrás de Rusia entre las economías más grandes del mundo, traduciéndose en exigua construcción de nueva vivienda y crecientes tasas moratorias en préstamos al consumo, aunque aún muy controlables.
En Sonora, el balance de riesgos es mixto. Del lado positivo, la Inversión Extranjera Directa (IED) mejoró en 2023, con un matiz insoslayable: Casi todo el incremento provino por un efecto contable en Grupo México, monto que bien pudo haberse registrado como nacional. Si bien las expectativas por relocalización son promisorias, Chihuahua y Nuevo León acaparan la construcción de nuevas naves industriales y los anuncios importantes en manufactura, donde Sonora se rezaga. El arranque o expansión de obras públicas sobresale como oportunidad para este 2024: Compuesta la pieza, toca ejecutarla.
Del lado negativo, la inseguridad condena a ciertos municipios a una creciente migración con pérdida de capital físico y humano. Como segundo foco rojo, el empleo del sector privado con registros del IMSS sigue sin despuntar, cerrando el 2023 con 15,418 nuevos puestos, cifra 2.4% superior frente a diciembre 2022 que no es terrible pero palidece frente al +4.3% de Nuevo León, al +3.8% de Coahuila y al +3.0% nacional; cuando se incorpora 2022, el +4.7% acumulado por Sonora en los últimos dos años completos queda por debajo de Nuevo León (+8.9%), Coahuila (+8.5%), Baja California (+5.1%) y la media nacional (+6.8%), sólo arriba de Tamaulipas (+1.4%) en la frontera Norte.
Para finalizar, el calendario electoral nacional siempre representa retos. Aunque típicamente una elección conlleva incertidumbre, la ventaja de 25-30 puntos efectivos de Claudia Sheinbaum minimiza cualquier distracción programática de Xóchitl Gálvez, cuyas ideas se cuentan hasta ahora con una mano y sobran dedos. Si bien la percepción de continuidad puede brindar tranquilidad adicional al panorama económico nacional, deberá cuidarse que la transición sexenal limite cualquier subejercicio presupuestal. Todo considerado, el historial de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México invita a creer que estamos frente a un 2024 doblemente alentador.
El autor es economista y politólogo. Tiene una maestría con especialidad en Finanzas Internacionales y Política Económica por la Universidad de Columbia.
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