“Fueron otros tiempos…”
El sentido común nos dice que, si alguien conoce bien un tema, puede brindar una charla amena a un público ávido de conocer, especialmente, si se trata de grietas que corresponden a un sistema político que en el pasado tuvo episodios sangrientos y autoritarios.
DIÁLOGOS DIVERSOS
El sentido común nos dice que, si alguien conoce bien un tema, puede brindar una charla amena a un público ávido de conocer, especialmente, si se trata de grietas que corresponden a un sistema político que en el pasado tuvo episodios sangrientos y autoritarios. Circulan en redes un par de videos en donde el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones Rivera responde a preguntas cómodas y generales, cuestionamientos sin consistencia, emanadas de lo que dijeron otros, de columnas publicadas en el pasado que no tuvieron consecuencias, de dichos de pasillo; en concreto, el político rebasó al entrevistador, dio cátedra, en parte porque se evidenció que para charlar con un político formado en el pasado autoritario, se requiere de la otra parte, lecturas serias sobre el sistema político mexicano, evidencia empírica que demuestre que alguien está mintiendo, o bien, alguien que también haya andado por los laberintos del poder.
En resumen, al ex Gobernador la entrevista le facilitó decir que el Estado mexicano nada tuvo que ver con el caso Colosio, desde la administración pública no se puede hacer negocios, nadie tiene ahorros ilícitos en el extranjero; las operaciones financieras como la denominada “Zafiro”, los llamados moches, el fraude comprobado en las elecciones de 1985, o que estuvo alejado en el sexenio pasado, es un conjunto de “mentiras, es rídiculo…” (sic). Entonces, quedamos en donde mismo, no se rompió ningún silencio, pareciera que todo en el pasado marchaba bien. Y quiénes somos nosotros los mexicanos y sonorenses para decir lo contrario si no tenemos evidencia.
Sin embargo, esa amena charla, en la que sólo faltó tequila y limón, tendríamos que aprovecharla para darle contexto a tono con lo que está de fondo, su candidatura a una curul en el Senado que, en cualquier caso, según los analistas que escucho en radio, tiene asegurada por alguna de las dos vías que ofrece nuestro sistema electoral. Si metodológicamente suponemos que las hipótesis son respuestas a preguntas plausibles, aquí propongo un par de respuestas tentativas para leer el contexto de su candidatura, asumiendo que el margen de error puede ser amplio.
En primer lugar, su candidatura se debe a que la gran mayoría de la generación de políticos que se entrenaron con esa escuela, incluyendo a la ex Gobernadora de Sonora, reprobaron en las enseñanzas asociadas a lo que en la entrevista matizaba: La institucionalidad. Por supuesto, quedan los operadores priistas que son expertos en comprar votos, también, los que saben usar las redes sociales para desprestigiar, incluso como lo hacen otros partidos políticos. Paradójicamente, algunos de sus súbditos, los que sí recibieron su apoyo, renunciaron a la militancia bajo pretexto de que el PRI ha perdido rumbo. Qué ironía de la vida. En concreto, detrás de su candidatura se encuentra el empobrecido escenario que dejaron los cuadros que andan en el extranjero o en otros partidos políticos.
La segunda hipótesis se asocia a la quizás estrategia de la alianza opositora de enviar a “pisar terreno” a figuras nacionales en la idea de buscar qué tanto voto pudiera recolectarse para sumar a la candidatura presidencial. Pienso que desde ahí puede haber una explicación sobre el por qué tiene (n) asegurado un escaño por la vía proporcional. En verdad no soy muy afín a la especulación. Incluso, no conozco personalmente al ex Gobernador y veo que lo rescatable de la entrevista es que dice buscar abonar para bien de la entidad: “Son otros tiempos…” señaló. Sin duda, un tema es hablar desde la hegemonía de poder y, otra, desde la oposición. Aunque creo que el otrora CEUS, algunos panistas, y otros más, difícilmente pueden olvidar el pasado.
Doctor en Ciencia Política por la Flacso-México