Milei vs. AMLO
México y Argentina tienen una buena relación política y diplomática. Este 2024 se cumplieron 50 años desde el inicio del exilio argentino en México.
Genaro Lozano
Javier Milei es un polvorín. Su estilo explosivo de comunicar le fue muy efectivo en la campaña por la presidencia de Argentina, pero ya en el poder necesita precisamente lo contrario: Hacer política, construir acuerdos y alianzas. Los insultos lanzados a los presidentes López Obrador, a quien calificó de “ignorante”, y al colombiano Petro, a quien le llamó “comunista asesino”, no hacen más que aislar a su Gobierno.
México y Argentina tienen una buena relación política y diplomática. Este 2024 se cumplieron 50 años desde el inicio del exilio argentino en México. Nuestro País abrió generosamente sus puertas a quienes escaparon de las dictaduras militares y el exilio se integró muy exitosamente. Pablo Yankelevich y Sandra Lorenzano, entre otros, son parte de y han documentado las enormes aportaciones intelectuales del exilio argentino en México.
En materia diplomática, México y Argentina han coincidido y aportado juntos en temas como desnuclearización de América Latina, fortalecimiento democrático, solución pacífica de controversias, la cooperación para vacunas Covid, con la Fundación Slim, y hasta en el grupo núcleo de la ONU sobre derechos LGBT. Si bien ambos países representan las antípodas de la identidad latinoamericana, en diplomacia compartimos valores. Todo esto lo está tirando Milei por la borda.
Argentina está pasando un momento muy complicado. Es de las economías más inestables de América Latina, lo ha sido siempre. El experimento neoliberal fallido de Carlos Menem tuvo sus consecuencias funestas, las privatizaciones, corrupción, incremento de pobreza y hasta problemas de seguridad. El control macroeconómico de Menem tuvo contento al llamado Consenso de Washington, pero no fue más que maquillaje mal aplicado y que resultó en una larga crisis política de la que aún no se recuperan los argentinos. El siglo XXI comenzó sin Menem en el poder y con la sucesión de cinco presidentes en el fatídico diciembre del 2001. Un nuevo exilio argentino tuvo lugar, los desplazados económicos del neoliberalismo.
Definitivamente AMLO no ha sido un Presidente globalista. No dedicó su Presidencia a los temas de política exterior, y aunque este tema merece en sí una reflexión aparte, lo cierto es que América Latina sí es un tema que ha ocupado al Gobierno en el sexenio lopezobradorista. Desde la Cancillería, Marcelo Ebrard reactivó la Cumbre de Estados Latinoamericanos y el Caribe, la Celac, con el apoyo argentino, por cierto, como un contrapeso a la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA). La diplomacia mexicana también apostó por dar asilo político a Evo Morales y por la negociación de la crisis política en Venezuela, junto a países como Noruega. México ha sido un interlocutor latinoamericano bastante confiable.
En contraste, Argentina se aísla del escenario latinoamericano. Para la economía argentina, Brasil es el gigante de la zona y su mayor socio comercial. El intercambio comercial entre las dos economías más grandes de Sudamérica ha registrado dos malos años consecutivos con números a la baja. Milei ha insultado también a Lula, a pesar de que la diplomacia brasileña recientemente le ayudó a la argentina a conseguir un préstamo con el Banco de Desarrollo de América Latina para el pago de su deuda con el FMI.
Milei acaba de cumplir apenas 100 días de Gobierno, pero para muchos lleva ya una eternidad. La grieta, la polarización como la llaman allá, no hace más que ensancharse y el país no tiene soluciones de corto plazo. Milei empieza a ver un cambio en su aprobación y los argentinos han sabido sacar del poder a quien no responde. Hoy Milei es un factor de desunión en América Latina, su apuesta por aliarse a la derecha conservadora de Trump es riesgosa en una región en donde hoy hay una marea rosa gobernando, aunque sin la unidad que tuvo a inicios de siglo. Lejos están de Milei los aplausos recibidos en Davos y hoy están las disculpas a Colombia y la herida abierta con México. Milei tiene todo por perder en su conflicto con Petro y con AMLO.