Interpretaciones
La falta de verdad en el debate público en México resalta el fracaso de políticas, el aumento de la deuda y otros problemas. Sin candidatos convincentes, es vital que nuestra decisión de voto sea propia, no manipulada por maquinarias partidistas.
Nietzsche postulaba: “No hay hechos, sólo interpretaciones”. En el vaudeville que se ha convertido el debate público en México todo indica que la verdad no es relevante para quienes hoy gobiernan ni para quienes aspiran a gobernar. Postulo que nos es importante comparar y contrastar las diferentes interpretaciones sobre la fenomenología de un estado, hoy en día en el umbral del abismo, a la a vez que sostengo que no es válido por parte de quienes hoy gobiernan socavar la confiabilidad de los datos que las instituciones a su cargo propalan.
Desde la gran carpa el Presidente al ser confrontado con las cifras de su Gobierno, recurre a su válvula del escape de “yo tengo otros datos” con frecuencia. Los datos oficiales de muertos y desaparecidos, que día a día se incrementan, representan para una administración saliente el fracaso de sus políticas públicas en materia de seguridad. Para muchas familias a lo largo del País representan luto y desesperanza. Para el Estado mexicano representa la mayor amenaza a su existencia al haber perdido control de grandes extensiones de territorio y gobernabilidad. La causa de la causa sin duda alguna debe ser materia de estudio en esa búsqueda de la verdad, indispensable conocer la historia para no cometer los mismos errores, desechar lo que no funcionó y como insumo indispensable para establecer acciones futuras. Encuentro inaceptable que quien gobierna justifique su fracaso apelando al pasado. Quienes en su momento fueron candidatos y quienes hoy lo son, conocen los retos, limitaciones y estado que guarda la administración pública, de otra forma no podrían articular una oferta política ni prometer sin caer en irresponsabilidad. Sigo encontrando pueril aquella justificación de un Gobernador de “no sabía cómo me dejarían las finanzas del Estado”.
La deuda pública no da espacio interpretativo, la deuda bruta del sector público federal a febrero ascendía a 15 billones 806,230 mdp, de acuerdo a los precriterios de Hacienda el déficit esperando para 2024 es de 5.9% del PIB requiriendo un endeudamiento adicional cercano a los 2 billones de pesos. La deuda a proveedores dará desagradables sorpresas.
En el primer bimestre de 2024 de lo presupuestado la producción de petróleo fue 9.8% menor, el precio del gas natural 49.9% inferior, el precio del petróleo fue superior en 10.8% resultando en una disminución neta de ingresos petroleros de 0.6% sobre lo esperado, una disminución de18.8% sobre el año anterior. De acuerdo a los datos oficiales la producción de petróleo en el primer bimestre fue de 1.615 millones de barriavalancha les diarios, el Presidente en sus otros datos, insistía el pasado 4 de abril al ser cuestionado: “No es real. Petróleos Mexicanos tiene su plan, tiene una producción de 1 millón 850 mil barriles diarios”. La producción actual de petróleo y condensado es de 1.8 millón de bpd, de los cuales 1.5 millón es crudo, la más baja en 45 años. Los análisis de sensibilidad de Hacienda indican que la recaudación se incrementaría en 0.10% del PIB por cada 100 mil barriles diarios de producción de petróleo adicional.
Para paliar la crisis financiera de Pemex de acuerdo a Moody`s el Gobierno federal otorgó estímulos fiscales por el pago del Derecho de Utilidad Compartida y del Derecho de Extracción de Hidrocarburos de octubre de 2023 a enero de 2024. Las participaciones a estados y municipios provienen de la recaudación fiscal participable, la cual esta principalmente integrada por ingresos tributarios y petroleros de la Federación. Concluyendo Moody’s: “En 2023, la diferencia entre las participaciones programadas en el presupuesto federal y las observadas fue de alrededor de 72 mil millones de pesos, y estimamos que los estímulos fiscales otorgados a Pemex durante 2023 y hasta la fecha han tenido un impacto de 50 mil millones de pesos en las participaciones a los estados y municipios”.
Nuevamente México se prepara para una renovación de poderes, nuevamente quien se va, bajo sus propias métricas de evaluación y visión plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo, ha fracasado. Las interpretaciones personales sobre los orígenes, causas y soluciones podrán variar, lo que es incontrovertible es que el ejército no regresó a los cuarteles, la crisis de seguridad se ha agravado, en la gestión pública corrupción y podredumbre continúan, ha incrementado la deuda pública, el federalismo ha retrocedido, salud, educación, pobreza, unidad nacional, agua, impartición de justicia y muchas otras obligaciones del Estado continúan en espera de solución.
En lo debería de haber sido una oportunidad de confrontar visión, propuestas y desempeño el debate presidencial sólo exhibió carencias así como la cara dura de quienes evaden y mienten con gran naturalidad. Nietzsche en Zaratustra, al exponer su perspectivismo, afirmaba: “Cada uno tiene su forma; yo tengo la mía. En cuanto a la mejor manera, la manera correcta, la única manera, no existe”. Entre las dos opciones reales no encuentro ninguna por la cual me entusiasme votar.
Seguramente en esta próxima elección, usted al igual que yo no encuentre candidatos atractivos por quien votar, que esto no sea esto impedimento para como Diógenes, seguir buscando y sobre todo que no sea impedimento para salir a votar, que la decisión imperfecta sea nuestra y no de las maquinarias partidistas que han secuestrado la aspiración de una democracia funcional.