Entre el caos y la anarquía
En un poema, López Velarde describe la grandeza del Palacio Nacional, pero ahora se encuentra rodeado por vallas metálicas para protegerlo de ataques.
La maestra le preguntó a Pepito: “¿Por qué le diste una patada en las pompas a Juanito?”. Explicó el chiquillo: “Porque se volteó. Se la iba a dar en los éstos”.
Himenia, madura y no agraciada célibe, tenía una vecina en flor de edad, de hermoso rostro y cuerpo escultural. La muchacha le contó a Himenia algo interesante que le había sucedido: “Le dije en el elevador al guapo joven que vive en el 14: ‘Últimamente he sentido una especie de comezón en la parte interna de los muslos’. Me respondió: ‘Eso es seña de que te hace falta obra de varón’. Me llevó a su departamento y me hizo dos veces la tal obra. Quedé tan satisfecha que mañana inventaré de nuevo lo de la comezón”. Himenia se le adelantó. Esa misma noche llamó a la puerta del guapo joven, y cuando éste abrió le dijo: “Últimamente he sentido una especie de comezón en la parte interna de los muslos”. Le indicó él: “Vaya con un dermatólogo. Ha de ser urticaria”.
“Tu imagen el Palacio Nacional, / con tu misma grandeza y con tu igual / estatura de niño y de dedal”. Así describió López Velarde en su épico y lírico poema al viejo palacio ayer cargado de historia, cargado hoy de histeria. Está ahora resguardado por vallas metálicas de tres metros de altura en prevención de nuevos ataques por parte de los normalistas de Ayotzinapa, que con los 43 a cuestas no se cansan de pedir, pedir, pedir, aunque hoy por hoy su antiguo aliado López no los vea ni los oiga.
Nos acercamos a la elección del 2 de junio entre el caos y la anarquía y bajo la sombra de una violencia criminal que pone y quita autoridades locales como vía para expoliar impunemente a la población civil. Dos impuestos deben pagar millones de mexicanos a fin de poder vivir y trabajar: Uno a los malvados; otro a los ineptos. Lo peor de todo es que en el caso de que Claudia Sheinbaum resulte ganadora las cosas de seguro irán a peor, pues entonces la amenaza contra los derechos y bienes de la ciudadanía vendrá del poder presidencial, si la continuadora del actual gobierno estatista y antiempresarial plasma en acciones los dogmas radicales que ha profesado desde que inició su actividad política. Crucial será la próxima elección. Tendrá mayores consecuencias que la que enhoramala dio el poder a López Obrador. Están en riesgo nuestras instituciones; peligran la libertad, la democracia y la justicia en este País que se encuentra ya al borde del abismo luego de un sexenio cuyo megalómano y vindicativo líder ha añadido al autoritarismo la incapacidad. Por todo lo anteriormente dicho, y por muchos motivos más, repito hoy mi lema: Un voto por Morena es un voto contra México.
Lencho y Juancho, campesinos, compadres entre sí, acordaron entrar a la milpa de don Pábilo, rico propietario, a robarse unos elotes. A fin de no ser vistos se cubrieron con un cuero de vaca. Lencho se colocó en la parte de adelante e hizo que su compadre se colocara en la de atrás. Cortando estaban los elotes cuando de pronto Lencho dijo con alarma bajo el cuero de vaca: “Tenemos un problema, Juancho”. Éste se asustó. “¿Viene don Pábilo?”. “Peor todavía -le contestó Lencho-. Viene el toro semental”. “¡Santo cielo! -exclamó asustado Juancho-. ¿Qué hacemos?”. Lencho propuso: “Yo fingiré que estoy comiendo hierba, y mientras tanto tú entretenlo”.
El joven repartidor de la pastelería fue a entregar un pastel. Lo recibió una guapa mujer cubierta sólo por vaporoso negligé que dejaba a la vista todos sus encantos. Tomó la dama el pastel y le preguntó al repartidor: “¿Cuánto tiempo tarda en ponerse duro?”. Respondió muy apurado el joven: “Ya lo estoy, señora”. FIN.