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Ahora es cuando

Llegó el momento de la verdad. Hoy vía nuestro voto tenemos la oportunidad de hacer valer nuestra esperanza de un futuro mejor.

Óscar Serrato

Cascabel

Óscar Serrato

Llegó el momento de la verdad. Hoy vía nuestro voto tenemos la oportunidad de hacer valer nuestra esperanza de un futuro mejor, hay que salir a votar, por quien le parezca la mejor alternativa o la “menos peor”, pero votar en fin. El abstenerse, anular o votar por alguien no registrado, si bien parecería ser un acto valiente de protesta, en realidad representa un grito en el vacío que no altera el estado que guardan las cosas, es música para algunos de los partidos políticos postulantes.

Después de un larguísimo ciclo electoral plagado de ilegalidades, sin ideas ni propuestas, me gustaría soñar que como acto de protesta ante el bajo nivel que nos ofrecieron las campañas los votantes de este País elevaremos la vara mediante una afluencia histórica donde el abstencionismo quede en el olvido. Indubitablemente en esta elección hemos observado una intromisión regresiva por parte del Presidente y gobernadores actuando como jefes de partido y campaña, desafiando a la ley e instituciones electorales con insolencia, y, me temo con impunidad. No obstante lo anterior, hoy los votos se van a contar en cada una de las casillas por ciudadanos. Yo confío en los ciudadanos que generosamente van a aportar para hacer que esta elección se lleve a cabo, para ellos mi agradecimiento.

Sueño que quien gane, ya sea Xóchitl o Claudia, tenga la altura de miras y gobierne para todos, repudiando la actual práctica presidencial de divide y vencerás. “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol” nos enseña la Biblia, agotados los tiempos de campaña, los tiempos de polarización una vez declarada la elección deberían de terminar. La enseñanza de estos seis años es que división, resentimiento, ira, ausencia de empatía, ambición, arrogancia, sordera e incapacidad de reconocer al prójimo para tender puentes de entendimiento impiden el desarrollo de un país. El haber conceptualizado el ejercicio de Gobierno en México como monólogo, como juego suma cero, como monarquía y al ciudadano como súbdito, en ese sueño de restauración de la dictadura perfecta, va a dejar grandes retos de urgente atención para la próxima administración.

A partir de octubre quien gane va a encontrar la hacienda pública en crisis, con el mayor déficit público de este siglo, quizás para entonces ascienda a 6% del PIB, una deuda bruta pública rondando 17 billones de pesos, habiendo casi duplicando la deuda en seis años. Enfrentará Pemex y CFE que pierden dinero a manos llenas. Un déficit en generación y transmisión de electricidad que pone en riesgo la economía y captura de inversiones por relocalización de empresas. Proyectos de infraestructura inconclusos que demandan grandes cantidades de recursos para ponerlos o mantenerlos en operación. Por enmendar sistemas de pensiones públicos sin reservas, sistema de salud colapsado, militarismo fuera de control, territorios en manos de crimen organizado, relaciones diplomáticas enrarecidas, federalismo inoperante, sector educativo con rezagos históricos y derivados de pandemia. Inevitablemente tendrá que enfrentar la herencia de corrupción de los que se van, por más que el Presidente defienda airadamente su honestidad, es imposible tapar el sol con una declaración, se ha permitido y solapado a corruptos.

El regresar al ideal constitucional de respeto y equilibrio entre poderes pondrá a prueba el temple, al igual que la tarea de apaciguar al “jefe máximo de la transformación” con sueños de “maximato”, de quien no tengo ninguna duda incumplirá la promesa de irse a su finca de retiro, sin importar el deseo de muchos derivado de la fatiga ante monólogos del odio.

A partir de agosto tendremos una nueva legislatura federal donde independientemente si es Claudia o Xochitl, espero sea un auténtico contrapeso dejando atrás el penoso papel de oficialía de partes de los legisladores oficialistas. Sueño que quienes sean electos repudien la absurda tradición de votar por líneas partidistas, sueño tengan el valor de alzar la voz para declarar que lo que es absurdo y perverso, en realidad lo es. A los diputados federales les tocará iniciar con un complejo paquete fiscal donde Hacienda ya pronostica un 2025 de austeridad, malas noticias para Sonora ante el maltrato presupuestal por parte de la Federación de estos últimos tres años. A abril de 2024 el gasto federalizado creció en 8.1% de año a año, disminuyendo en 2.8% para Sonora. Senadores enfrentaran de inicio desacato en nombrar comisionados del INAI, así como el gran reto de impulsar reforma al Poder Judicial de la Federación salvaguardando división de poderes.

El gran peligro para México sigue siendo apatía, abstencionismo, desesperanza, resignación y egoísmo de quienes pudiéndolo hacer no participan. Sin duda algunos de los proyectos en esta elección representan auténticos riesgos de regresión totalitaria, de empoderar de nuevo a personajes impresentables, de terminar con penosos levanta dedos legislando, de corruptos administrando la hacienda pública, entre otros.

No estamos ante la elección perfecta, cosecharemos lo que sembramos al haber dejado en manos de partidos políticos la selección de candidatos excluyendo a ciudadanos independientes. Ante lo indeseable e imperfecto hay que salir a votar, que una gran afluencia se convierta en mensaje que los ciudadanos libres podemos aportar y tomar control sobre nuestro destino común.

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