Voluntad popular
Las promesas de campaña de continuidad que permitieron ganar a Claudia Sheinbaum, ya en el ejercicio de Gobierno deberán dejar atrás el mundo de fantasía de los otros datos para en base a la formación científica guiarse por evidencia, enfrentar la realidad, enmendar el rumbo y hacer historia.
Vox populi, vox Dei. La voluntad de la mayoría de quienes votamos en las pasadas elecciones ha determinado que Claudia Sheinbaum sea la próxima titular del Poder Ejecutivo en México, deseo que tenga éxito, por su propio bien y el de todos.
Espero que gobierne sin distingos, para ese 36.47% que votó por ella, el 38.96% que no votó y el 23.05% de quienes votamos por otra opción. Entre las tareas pendientes me atrevería a postular que la principal sería unidad nacional, dejar de incitar a la división y repudiar la narrativa de polarización imperante.
La democracia otorga a las personas un preciado y a la vez singular poder, aun sin embargo detrás de este poder se esconde la amenaza de la tiranía de la mayoría. Una democracia por sí sola, sin respeto a la ley e instituciones no es garante de libertad política o personal.
Chimanda Ngozi Adichie brillantemente captura la paradoja: “Tememos a la muchedumbre, pero la muchedumbre somos nosotros mismos”.
El Presidente en su larga despedida presumiendo “el nuevo traje del emperador” con escenografía meticulosamente cuidada a la cual sólo le faltaría música de Wagner, deambula presumiendo el efecto propagandístico de su infalibilidad.
Se presenta como omnipotente por predecir un resultado electoral que él mismo creó con su ilegal actuar durante el proceso electoral. La terca realidad contrasta con su discurso triunfalista al continuar el País bajo asedio de la inseguridad, carencias de salud, educación deficiente, raquítico crecimiento económico, ilegalidad, militarismo y finanzas públicas frágiles.
Los propagandistas que de hechos aislados han tejido teorías de conspiración presentándolas como auténticas, que inventan culpables de los fracasos y retrocesos de la actual administración, en esa fábrica de mentiras que constantemente busca inventar nuevos enemigos y complots, ya perdieron noción de la realidad, pocos a estas alturas intentan discernir si es verdad o mentira los dichos de un Presidente que pasará a la historia sus más de 100 mentiras diarias antes de desayunar.
El cinismo exhibido por el Presidente en este proceso electoral sosteniendo en que todo se le es permitido, “no me vengan con que la ley, es la ley”, se transformó en la arrogancia de que todo es posible y que no habrá consecuencias sobre su actuar. Las habrá.
El mundo de los otros datos es atractivo no sólo para aquellos usufructuarios o quienes auténticamente están convencidos de las eventuales bondades de la auto denominada Cuarta Transformación, también lo es para quienes ya no distinguen entre hechos y ficción, entre verdades y mentiras, negando la realidad imperante aunque esta la hayan experimentado en carne propia.
La propaganda al igual que en otros tiempos y latitudes servirá mientras la gran mayoría pueda darse el lujo de permanecer apática a los acontecimientos políticos. Las crisis en seguridad, economía, corrupción, salud, militarismo y educación eventualmente provocarán cambios.
La apuesta del régimen a la apatía de quienes no votaron, la tolerancia de los indiferentes y el silencio de los cómplices, tiene fecha de caducidad.
Ante la inestabilidad de los mercados ocasionada por el paquete de reformas constitucionales que amenaza con dinamitar contrapesos institucionales al poder del Ejecutivo el anuncio de continuidad en Hacienda es positivo.
La presentación de la intención de Presupuesto de Ingresos y Egresos de 2025 será responsabilidad única de Sheinbaum.
En los “Pre-criterios” de política económica de abril pasado Hacienda proyectaba austeridad, una reducción al gasto programable de 12.1% en términos reales sobre proyección de cierre 2024 y una reducción de 1.6% real en gasto no programable, así como reducir el déficit fiscal a la mitad para llegar a 2.5% del PIB.
Como limitante a la nueva administración encontrarán una deuda bruta del sector público federal que a abril 2024 ascendía a 16,123,832.9 millones de pesos, incrementó de enero a abril 1,342,819.2 mdp, se estima endeudamiento adicional del Gobierno federal superior en 2024 a 2 billones de pesos.
El que Hacienda continúe sus operaciones de mercado “para reducir en 100% los pagos de deuda externa de 2025…” y el continuar en “con las operaciones de mercado para disminuir la deuda de 2025, 2026 y 2027, ahora en el mercado local…” dará mayor flexibilidad al diferir pagos de capital, aun sin embargo el elevado nivel de tasas de intereses seguirá impactando el servicio de la deuda.
En los primeros cuatro meses de 2024 el costo financiero fue 344,194.6 mdp.
La urgente necesidad de enfrentar deuda, pago de proveedores y un modelo de negocios fallido en Pemex, amenazas a la estabilidad financiera de México, es tarea pendiente.
La gran oportunidad que México tiene de crecer su economía vía “nearshoring” requiere certidumbre legal, infraestructura de comunicaciones, energía, seguridad, educación, salud y un Gobierno que retome el control del territorio nacional.
Las promesas de campaña de continuidad que permitieron ganar a Claudia Sheinbaum, ya en el ejercicio de Gobierno deberán dejar atrás el mundo de fantasía de los otros datos para en base a la formación científica guiarse por evidencia, enfrentar la realidad, enmendar el rumbo y hacer historia.
De nuestra parte sólo queda seguir soñando con ese México que nos gustaría dejar a nuestros hijos. A trabajar y luchar por convertir en realidad ese sueño.