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Dejar que la gente critique al Gobierno

López Obrador de manera permanente provoca a la oposición, es parte de la estrategia y resulta indispensable que reaccione, y esta, al responder, actúa el papel que le asigna el Presidente.

Rubén Aguilar

Un exitoso consultor en campañas electorales y comunicación gubernamental, que ha trabajado en cinco países de la región, me comparte su análisis sobre el éxito de la comunicación de López Obrador y el fracaso de la que desarrolla la oposición.

En su análisis en la estrategia de comunicación del Presidente, la crítica de la oposición ha sido un elemento central. Desde ella articula sus mensajes y se pone en contacto con sus seguidores.

La crítica es un elemento clave en la construcción de su narrativa maniquea de buenos y malos; de patriotas y traidores; de conservadores y progresistas; de honrados y corruptos; de amigos y enemigos.

En versión del consultor, la oposición en la medida que critica al Presidente y su proyecto, le da pie para que reaccione utilizando cualquiera de los calificativos anteriores. Sus seguidores asimilan el mensaje.

López Obrador de manera permanente provoca a la oposición, es parte de la estrategia y resulta indispensable que reaccione, y esta, al responder, actúa el papel que le asigna el Presidente.

Eje central de la narrativa del Presidente es que defiende al pueblo y que por eso se enfrenta a todos los que se resisten a que México cambie. Ellos se aferran en mantener sus privilegios. Sus críticas, entonces, obedecen a que quieren impedir que realice su proyecto de transformación de México.

Según el consultor a lo largo del sexenio, su estrategia de comunicación le ha funcionado muy bien al Presidente. Ha sido muy exitosa. La oposición ha representado el papel que le ha trazado y nunca se ha salido de él.

La crítica de la oposición impidió que se expresara la crítica de la gente. No dio espacio para que esta tuviera lugar en los medios de comunicación o que sólo fuera en algunos casos y de manera marginal. En la medida que la oposición la asumía como suya, el Presidente la transforma a su favor.

Con relación al pasado ya no se puede hacer nada. Lo hecho ya está hecho. Ahora lo único que se puede hacer es analizar lo que se hizo mal, para no volver a repetirlo.

El consultor me dice, que de cara al Gobierno de Sheinbaum, lo que recomienda, después de analizar lo qué pasó con la comunicación de López Obrador, es que la oposición deje el papel de crítico al Gobierno a la propia ciudadanía afectada por su mala gestión o el incumplimiento de promesas, que siempre las hay.

Ante la crítica ciudadana, al Gobierno se le dificulta reaccionar diciendo que se trata de una acción concertada de sus enemigos. Es el mismo pueblo quien manifiesta su descontento. Este, con el tiempo, se va a ir haciendo una masa crítica, a la cual puede dirigirse la oposición con propuestas, para resolver los problemas y no con críticas.

Rubén Aguilar Valenzuela

@RubenAguilar

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