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¿Qué miedo tienes que estás tan apurado?

Glenn Gould es considerado por muchos como el mejor intérprete de Bach de toda la historia.

Juan Tonelli

Historias demasiado humanas

Glenn Gould es considerado por muchos como el mejor intérprete de Bach de toda la historia. El pianista canadiense dejó como legado una extensa discografía pese a una muerte relativamente precoz.

Si observa un video suyo, parece que le estuviera haciendo el amor al piano, totalmente entregado a sus propias emociones.

De todos sus registros discográficos, las interpretaciones de las Variaciones Goldberg son las más memorables.

En el año 1955 realizó una grabación en la que quedó plasmado todo su virtuosismo, sacudiendo al mundo y convirtiéndose en un récord absoluto de ventas.

Cuando se cumplieron 25 años de esa interpretación magistral, el sello discográfico CBS tuvo la audaz idea de proponerle que con motivo del aniversario hiciera un nuevo registro. Después de analizarlo un tiempo, el pianista accedió.

Hizo una interpretación para muchos enigmática, en donde el tempo de la obra es lento, deteniéndose en cada nota, que cobran una vida única.

En la conferencia de prensa del lanzamiento un periodista le preguntó:

-”Maestro, ¿por qué en su versión de 1955 interpretó la obra en 37 minutos, y en esta última, en 52 minutos? Acá la toca significativamente más despacio…”.

Glenn Gould percibió que era una pregunta envenenada. Veladamente estaban dando a entender que estaba viejo y era incapaz de sostener una digitación tan rápida y virtuosa como 25 años antes.

-”¿Usted desea saber por qué ahora la toco despacio?”, repreguntó el pianista.

Hizo una pausa y el ambiente en la sala de prensa se cortaba con un cuchillo. Luego contestó:

-”Porque puedo”.

Esta última versión es considerada la mejor de toda la historia. En vez de ser un torbellino de sonidos como fue la primera grabación, acá cada nota parece durar una eternidad, ser la vida eterna misma.

En la primera grabación, Glen Gould necesitaba mostrar lo que era capaz de hacer. El disco es una demostración de su virtuosismo. ¿Acaso su principal preocupación sería impresionar a todos?

Veinticinco años más tarde y en el otoño de su vida, sus preocupaciones y prioridades parecían haber cambiado. Como si hubiera podido tomar distancia de esas necesidades humanas y concentrarse en expresar lo que él sentía, lo que tenía adentro suyo. Y ese tesoro no tenía prisas ni urgencias.

En esa grabación de aniversario tampoco parecía estar regido por el miedo. Simplemente tenía algo que decir, en forma distinta a lo expresado décadas atrás. O quizá recién ahora se podía expresar realmente por primera vez. Y eso fue lo que hizo.

Algunos científicos explican que es normal acelerarnos cuando tenemos miedo. Es la respuesta biológica a un peligro: Pelear o huir. Alejarnos del riesgo lo más rápido posible para seguir vivos.

¿Cuál sería el peligro de Glenn Gould en su primera grabación para tocar la obra tan rápido? ¿Equivocarse? ¿No impresionar a la audiencia?

Pensaba en el largo camino que recorremos -al igual que Gould-, para poder ser nosotros mismos. Dejar de lado mandatos, expectativas, exigencias, y tantas cosas que nos alejan de quienes en verdad somos.

La prisa es la fiebre del alma.

A Glenn Gould le tomó buena parte de su vida ser capaz de interpretar despacio las Variaciones Goldberg.

En el fondo, se trata de ser capaces de elegir. De no ser esclavos de nuestras pulsiones y miedos, y que decidan por nosotros.

¿Y tú? ¿Por qué vives tan apurado? ¿De qué te estás escapando?

Juan Tonelli

Autor de “Un elefante en la habitación”, historias sobre lo que sentimos y no nos animamos a hablar. Conferencista.

https://linktr.ee/juan.tonelli

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