El sábado del ya casi

PARIS, FRANCIA.- La penúltima jornada de los Juegos Olímpicos de París mantuvo a todos los seguidores del deporte mexicano al filo de la butaca. Con tres deportistas diferentes en disciplinas distintas con la misma oportunidad de subirse al podio, todos se quedaron muy cerca de conseguirlo. Antes del inicio de esta justa, se tenía previsto que México superara lo hecho hace tres años en Tokio, y con la primera presea obtenida por el equipo femenil de tiro con arco, las expectativas crecieron.

En un cálculo conservador, nuestro país tenía un objetivo de al menos cinco medallas, pero podrían ser hasta ocho si se acomodaban algunas situaciones. Clavados, sin decirlo abiertamente, era la carta más fuerte y ahí podrían obtenerse hasta cuatro metales. Al final fueron dos, pero en al menos otras dos se estuvo muy cerca. Pero lo que pasó ayer en París fue difícil de digerir.

Hasta antes de su último clavado a la fosa, desde la plataforma de 10 metros, Randal Willars se ubicaba en el segundo lugar y peleando por la medalla de plata. Entonces sucedió lo impensable. En su sexto clavado, el de mayor dificultad, con 4.1, que domina a la perfección, simplemente no pudo llegar a la vertical, y fue duramente castigado por los jueces que le dieron 61.50 unidades y con ello lo sacaron del podio y lo mandaron hasta el quinto lugar de la competencia que fue ganada, sí, por un chino, Yuan Cao, de 29 años, un gran veterano de los saltos ornamentales del país asiático.

Con cuatro medallas de oro, que empezó a conseguir desde Londres 2012, es una leyenda de este deporte que, de nuevo, fue dominado por los competidores de esa nación y no se ve como algún otro país puede hacerles sombra, al menos en el corto tiempo.

Carlos Sansores fue el segundo deportista tricolor que se quedó cerca de las medallas y, luego de caer en los cuartos de final frente a Adrian Salimi, ganó en el repechaje a Nikita Rafalovich, pero cayó frente al representante de Costa de Marfil Cheick Sallah Cisse. Ahí se le fue la medalla de bronce de las manos, al ser derrotado por parcial de 2-1.

Sansores, quien era la esperanza de Tokio 2020 en su disciplina, llegó a París dispuesto a disfrutar todo, y su actitud en los combates lo demostraba. El estar tan cerca de obtener la presea le dolió, pero sabe que en el deporte hay revanchas y tratará de volver más fortalecido y, sobre todo, disfrutar lo que hace en el área de combate.

El tercer representante nacional que se quedó arañando las preseas fue el abanderado nacional Emiliano Hernández, quien se ubicó en el cuarto lugar a sólo cuatro puntos de la presea de bronce. Otra esperanza más de nuestro país que se quedó corta.

Salvo que este domingo, en el último día de competencias, se tenga un resultado sorpresivo e histórico, México culminará su participación en estos Juegos Olímpicos con cinco preseas, tres de plata y dos de bronce, superando lo que se hizo en Tokio, donde se obtuvieron cuatro medallas en total, todas de bronce.