Presidenta histórica, pero sin brillo todavía
Claudia le da por su lado a AMLO. Sabe que lo que más le importa es su lugar en la historia. Y ella se lo entrega en bandeja de plata.
JUEGOS DE PODER
Claudia Sheinbaum la ha jugado muy bien.
Lejos de enfrentarse al presidente López Obrador, lo ha dejado brillar en las últimas semanas de su sexenio.
La Presidenta electa ha decidido desempeñar un papel secundario en la transición gubernamental. A muchos les puede parecer indigno que la que será la primera mujer mandataria en la historia del País siempre esté un paso atrás del hombre que gobierna.
Y sí lo es. Pero ¿acaso tiene alternativa Claudia? Creo que no.
Quiérase o no, AMLO sigue teniendo el poder en México. Es el Presidente hasta el 30 de septiembre y líder indiscutible de Morena. El monumental narcisismo del tabasqueño le impide apagarse gradualmente para dejar fulgurar a la nueva Presidenta. Genio y figura, hasta la sepultura.
Sheinbaum lo conoce perfectamente. No quiere que se enoje hasta que le entregue la banda presidencial el 1 de octubre. Y hace bien. Es mejor tragarse varios sapos indignos, y aparecer como “segundona”, que producir la furia de un personaje acostumbrado al protagonismo.
Claudia le da por su lado a AMLO. Sabe que lo que más le importa es su lugar en la historia. Y ella se lo entrega en bandeja de plata. La semana pasada, en el evento en que festejó su nombramiento como Presidenta electa en el Teatro Metropolitan, dijo que “López Obrador es el mejor Presidente que haya habido en la historia”.
Con permiso, don Benito, pero ya lo desplazaron.
La gran pregunta es qué hará Claudia una vez que se ponga la banda presidencial el 1 de octubre. ¿Ahí sí la dejará brillar AMLO? ¿Ella misma reclamará el protagonismo que le toca o seguirá jugando un papel secundario frente al líder del movimiento que se mudará a su rancho en Chiapas? Ya lo veremos.
Por lo pronto, Claudia ha movido bien las fichas para evitar un conflicto innecesario en un momento en que todavía no tiene el poder formal de la Presidencia.
El jueves pasado, en sus dos primeros discursos como Presidenta electa en el Tribunal Electoral y el Teatro Metropolitan, además de ensalzar a AMLO y reiterar la continuidad del programa de la llamada “Cuarta Transformación”, Claudia posicionó su Presidencia como “histórica” por el hecho de que, por primera vez en la historia, gobernará una mujer el País. Una vez más, creo que tiene razón.
Ya era hora que nuestro País se integrara a las naciones gobernadas por mujeres. Es un paso gigante para la equidad de género.
“Como primera mujer Presidenta de México –afirmó Sheinbaum--, sepan que actuaré con honestidad; responsabilidad; respetando la independencia de los poderes; gobernaré para todos y para todas las mexicanas y mexicanos”. Se trata de un buen mensaje. Ojalá se haga realidad. Llegó la hora de quitarle los altos niveles de testosterona que caracterizaron la vida pública del País con el presidente López Obrador.
Claudia reivindicó el papel de las mujeres en la historia: “Reconocer que somos protagonistas de las grandes transformaciones y que las mujeres podemos también tomar el rumbo de la Nación en nuestras manos y en nuestra mente. Las mujeres podemos ser presidentas Y con ello hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con A […] no me cansaré de repetir que no es un triunfo individual. El día de hoy llegamos todas”.
Buenos los discursos de Claudia el jueves pasado. Pero pasaron sin pena ni gloria en los medios de comunicación y la opinión pública. Poco se habló de ellos. Por la misma razón del papel secundario que ha tenido Sheinbaum desde que ganó la elección en junio. El poder, la presencia mediática y el control de la agenda pública lo sigue teniendo López Obrador, no ella. Así que siempre queda en un segundo plano.
Sí, la Presidencia de Claudia es histórica por la llegada de una mujer a la primera magistratura. Ahora, a partir del 1 de octubre, tiene que ejercer el protagonismo que le toca. No detrás de un hombre sino a la par de éste, que ella considera el mejor Presidente de la historia. Tiene que brillar por sí misma. Con su estilo personal de gobernar, claro. Ése es el reto de la nueva Presidenta con A. Por el bien de México, ojalá lo logre y en seis años hablemos de que la de Sheinbaum fue una Presidencia histórica no solo porque llegó una mujer al poder sino porque lo ejerció de una manera brillante.
LEO ZUCKERMANN
@leozuckermann
Leo Zuckermann es analista político / periodista y conductor de un programa de opinión en televisión.
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