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El poder del abandono

Abandonar lo que ya no funciona es un gran reto dentro de la empresa, pero también afecta profundamente a los líderes empresariales en lo emocional.

Carlos  Dumois

DUEÑEZ* EMPRESARIA

En el entorno actual, donde la adaptación es vital, abandonar viejas fórmulas de negocio es una necesidad estratégica. El dolor de dejar atrás lo que antes nos trajo éxito es real, pero debemos aprender a manejarlo para no quedarnos paralizados.

La velocidad de adaptación y aprendizaje se ha convertido en la ventaja competitiva más valiosa del siglo XXI. Empresas que alguna vez dominaron el escenario competitivo ahora luchan por sobrevivir. Un ejemplo es General Electric (GE), una empresa icónica que en su momento fue un conglomerado líder en múltiplesindustrias. Sin embargo, el apego a negocios que ya no eran rentables casi llevó a GE a la ruina. Solo tras una reestructuración masiva, en la que abandonó gran parte de su cartera tradicional, la empresa ha empezado a encontrar su camino de vuelta, enfocándose en sectores como la energía renovable y la aviación.

Otro caso contemporáneo es el de IBM, que abandonó su histórico negocio de hardware para centrarse en la inteligencia artificial y la nube. IBM ha aprendido a renunciar a partes importantes de su negocio para mantenerse a la vanguardia tecnológica, demostrando que el desprendimiento estratégico es clave para la longevidad en un entorno cambiante.

Abandonar lo que ya no funciona es un gran reto dentro de la empresa, pero también afecta profundamente a los líderes empresariales en lo emocional. El apego a lo conocido y la aversión al riesgo hacen que muchos líderes se aferren a modelos obsoletos. No obstante, el verdadero crecimiento viene de concentrar nuestros recursos en las mejores oportunidades.

Esto raramente se logra si estamos comprometidos con lo que ya no aporta valor.

En una pasada reunión con empresarios hablé sobre estrategias de abandono en industrias de alta tecnología y un exitoso hombre de negocios me comentó: “Acaba de explicarme el porqué mi proceso de diversificación ha sido tan lento. No he tenido el valor de abandonar mi viejo negocio, que está drenando recursos, energía y distrae a mi equipo. Ahora entiendo que el abandono debe ser un paso voluntario y crucial en cualquier estrategia de cambio”.

El concepto de “abandono estratégico” es cada vez más relevante en el desarrollo de los negocios modernos. Hoy en día donde las tecnologías, los mercados y las preferencias de los consumidores cambian constantemente, es vital que las organizaciones aprendan a soltar lo que ya no funciona. Esto no solo implica abandonar productos o servicios, sino también procesos, estructuras organizacionales, e incluso mercados que ya no son rentables.

Peter Drucker, uno de los pensadores más influyentes en la gestión empresarial, subrayó la importancia de establecer una cultura de abandono planificado. Según él, la ambición debe superar al apego por lo conocido, y esto solo es posible si las organizaciones crean mecanismos específicos para hacer del abandono un sistema rutinario.

Ernesto Poza, un reconocido consultor de empresas familiares, lleva años realizando retiros ejecutivos donde una de las preguntas centrales es: ¿Qué vamos a abandonar este año?

Este ejercicio, aunque incómodo, es esencial para mantener la relevancia y la competitividad en un entorno tan turbulento como el actual. Si no se identifican y abandonan las áreas que se han vuelto obsoletas, las empresas corren el riesgo de quedar atrapadas en el pasado.

Un ejemplo reciente de una empresa que ha gestionado con éxito el abandono estratégico es Slack Technologies. En lugar de aferrarse a su modelo de negocio inicial, Slack se adaptó rápidamente a las demandas del mercado, integrándose con otras plataformas y expandiendo su base de usuarios a través de colaboraciones estratégicas. Esta flexibilidad ha permitido que Slack continúe siendo una herramienta esencial en el entorno laboral moderno, incluso después de su adquisición por Salesforce.

El abandono siempre es difícil y doloroso, pero es una fase crucial del proceso de cambio. Unos meses después de haber tomado la decisión de abandonar lo que ya no sirve, muchos empresarios se preguntan por qué no lo hicieron antes. Y es que el tiempo revela que aferrarse a lo muerto solo alarga la agonía de la empresa.

¿Estás dispuesto a soltar lo que ya no aporta valor en tu negocio para abrir espacio a nuevas oportunidades? Más importante aún, ¿qué estás dispuesto a sacrificar hoy para asegurar el crecimiento de mañana?

No busques una salida fácil para lo que ya está muerto. La ambición con desprendimiento no es solo una estrategia, sino una mentalidad que todos los líderes empresariales deben adoptar para asegurar el éxito y la longevidad de sus organizaciones. Actúa con determinación y transforma el abandono en el primer paso hacia un futuro más próspero.