Kamala vs Trump
La elección ha estado tan cerrada y competida que este debate podría inclinar la balanza hacia cualquier lado. Es cardiaco para ambos candidatos.
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Esta noche Kamala Harris enfrentará a Donald Trump por primera vez en el único debate que los candidatos a la Presidencia de EU sostendrán antes de la elección de noviembre próximo y quizás este debate sea el momento más definitorio del resultado electoral. La elección ha estado tan cerrada y competida que este debate podría inclinar la balanza hacia cualquier lado. Es cardiaco para ambos candidatos.
Pocas veces un debate cambia el sentido de una elección presidencial. De hecho, está bastante estudiado que tienen un efecto menor o casi nulo. Sin embargo, hay algunas excepciones. El debate más conocido y citado fue el primero de los cuatro que sostuvieron el demócrata John F. Kennedy y el republicano Richard Nixon entre septiembre y octubre de 1960. Esos fueron los primeros debates televisados en la historia electoral estadounidense y realmente fue el primer encuentro, el 26 de septiembre de 1960, el que cambió la jugada. Los hechos son bastante conocidos: Nixon no quiso usar maquillaje, la luz del estudio lo acaloró, sudó copiosamente y se vio físicamente mal ante un joven Kennedy. Para quienes vieron el debate, Kennedy ganó de calle, aunque más por lo visual que por el contenido. Para quienes lo siguieron por radio, fue un empate. Al final Kennedy ganó la elección presidencial.
Además de los debates entre Kennedy contra Nixon, también se cuentan como muy relevantes los siete encuentros que tuvieron en 1858 el demócrata Stephen Douglas y el republicano Abraham Lincoln por el Senado. El encuentro de esta noche entre Kamala Harris y Donald Trump podría sumarse a la historia de los más importantes por el efecto que podría tener en la contienda. La demócrata inició su tardía campaña electoral con un buen bono en las encuestas. De pronto, Harris fue la novedad y la joven de la pelea, mientras que el momentum que Trump tenía quedó en segundo plano. Sin embargo, los más recientes spots del republicano en los que pinta a Kamala como continuidad y a él como el cambio parecen haber tenido efecto y acortado la ventaja en las encuestas que ella tenía. Por esto el debate es fundamental.
Harris tiene mucha experiencia interrogando como abogada y fiscal, además de que tiene la experiencia en tribuna de los años que pasó en el Senado y como vicepresidenta. Sin embargo, Trump es un experto polemista que logra convertir un debate serio en un momento bizarro y viral, tal y como lo vimos en los tres encuentros que sostuvo contra Hillary Clinton en 2016 en los que a pesar de que ella era la más preparada y articulada, fue él quien logró captar la atención simplemente por lo absurdo de su desempeño y por la estrategia de no dejarla sola a cuadro a ella. Trump usó su experiencia como estrella de reality para empañar el brillo de Clinton. Si bien 2024 no es 2016 porque Trump hoy es una figura ya mucho más conocida como político, el republicano seguramente intentará que el debate se pierda en su personalidad, en lo banal, en lugar de en la sustancia. En la era de la frivolidad de las redes sociales y de los contenidos basura en la televisión nadie gana una elección con sustancia parece ser el lema de Trump.
Trump tiene una base de apoyo muy sólida, especialmente entre los hombres blancos, mientras que Harris tiene la suya entre las bases demócratas, aunque quizás sea la demócrata con el respaldo menos sólido entre las minorías raciales de los últimos tiempos. El inflexible apoyo de Biden y de Harris a Israel le ha costado a los demócratas el apoyo de los votantes más jóvenes, de las minorías de la diversidad sexual, de los afroamericanos y de los latinos. Si Harris tiene mañana un sólido desempeño en el debate quizás pueda asegurarse este apoyo y crecer entre los votantes indecisos, que son el grupo que más le ha costado a Trump.
Mucho está en juego esta noche. Trump podría volver a demostrar lo misógino y racista que es, tal y como lo hizo en 2016, y aún así salir airoso. Esto ya dice mucho más del electorado que del candidato. Sigo pensando en que Harris ganará la elección en noviembre, pero depende mucho de lo que ocurra en este debate.