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El gran experimento

¿Sobrevivirá la democracia en este País?

Ana María Salazar

Ahora vivimos en gran laboratorio, y todos somos conejitos de India participando -no voluntariamente en este gran experimento llamado México.

¿Sobrevivirá la democracia en este País? Obviamente la siguiente administración señalará el éxito electoral contundente de Morena en las últimas elecciones -la Presidenta electa gana con casi el 60% de los votos- y además 24 estados gobernados por Morena y aliados políticos para justificar las reformas, justificar este gran experimento. Porque muchas de las reformas promovidas por el Presidente de la “izquierda” Andrés Manuel López Obrador, que van en contra de las lecciones históricas y principios que fueron plasmados por filósofos y políticos del siglo XVIII donde la concepción de la separación de poderes tomó vuelo como concepto de la separación de poderes, fundamental para la democracia, se originó en el siglo XVIII y fue desarrollado por el filósofo francés Montesquieu, quien argumentaba que para evitar abusos de poder y corrupción, las naciones requerían dividirse en la rama Ejecutiva, Legislativa y Judicial.

En los últimos 300 años este concepto de separación de poderes, marcó las pautas del camino que deberían tomar todas las naciones que buscaban convertirse y fortalecer sus democracias. En los sistemas comunistas o autoritarios, claramente esta división de poderes no se promueve, y en muchos casos está prohibido. Y el control político se

con el uso de la fuerza y más recientemente con la polarización de la población.

¿Será que Monstesquieu se equivocó y los argumentos de Andrés Manuel López Obrador de desaparecer la división de poderes es por la exigencia del pueblo sabio?

De hecho, el modelo de gobierno que estaría dejando López Obrador se asimila más al modelo Porfirista: Control total a toda costa.

Y entiendo las críticas que de aquellos que se ofenden al comparar a Porfirio Díaz con el legado de López Obrador. Pero una vez que desaparece la división de poderes, los pesos y contrapesos, que toda democracia requiere para ser viable a largo plazo, la posibilidad de abuso, corrupción, y autoritarismo, estaría a la vuelta de la esquina.

Y este será el gran reto de la presidenta electa Claudia Sheinbaum: Demostrar que Montesquieu se equicapital vocó, que se puede gobernar democráticamente sin abusar del poder, violar derechos humanos, proteger la libertad de expresión, pacificar el País, con relativamente pocos contrapesos y con control casi total de las tres ramas del poder.

Y para que México no se transforme en una dictadura, al existir pocos pesos y contrapesos, dependerá en gran parte de las intenciones de sus gobernantes: Gobernar para el pueblo y no para proteger intereses políticos o económicos.

Y es que, al desaparecer pesos y contrapesos, como la independencia judicial, o reducir dramáticamente la transparencia del funcionamiento del gobierno al desaparecer el INAI y usar el concepto de seguridad nacional en casi toda la contratación gubernamental, usar el aparato de justicia para perseguir enemigos políticos, no cuidar a periodistas, medios de comunicación y la libertad de expresión, ¿qué podría salir mal?

Para empezar al incrementar, aún más, la corrupción en este nuevo “modelo” de gobernar, surgirá una nueva clase política y militar, muy corrupta, que dependerá que se mantenga por décadas, gobiernos autoritarios sin pesos ni contrapesos.

El problema de tener control total es la tentación de tener poder total. ¿Como hará uso de este poder, la presidenta Claudia Sheinbaum?

Puede reformar la Constitución para cambiar la Bandera, o el Himno Nacional, puede abolir el uso de la propiedad privada, perdonar a los miembros del crimen organizado, nacionalizar la banca, redactar una nueva Constitución, o … permitir la reelección para la Presidencia. De hecho me parece que una de las explicaciones del caos innecesario que está dejando el saliente presidente López Obrador: ¿Será que busca ser reelecto? ¿O será suficiente asegurar que su hijo Andy sea electo presidente en 2030? O tal vez ella busque ser reelecta. Si algo hemos aprendido de las experiencias latinoamericanas es que la tentación de mantenerse en el poder es contagiosa.

Y ustedes que aseguran que estoy exagerando, les pregunto ¿Qué va a detener el abuso de poder de la siguiente Presidenta? Todas, pero todas las experiencias históricas señalan que, el autoritario va a abusar. Cuando no hay contrapesos, habrá más corrupción, más abuso, más violación de los derechos humanos y la tentación de continuar gobernando.

Lo comenté en mi última entrega, será el ex presidente Andrés Manuel López Obrador quién se pondrá las medallitas históricas de los éxitos que pudieran surgir en los siguientes años. Pero la crisis sexenal lo asumirá Claudia Sheinbaum, quien estará al frente de este gran experimento y tendrá que responder a los conejitos de India que somos el pueblo de México.

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