El Imparcial / Columnas | Noticias de México | EL IMPARCIAL / Columna México

Cerebro de baja energía

Cuando leemos, tomamos una clase, hacemos un experimento, estudiamos un nuevo idioma, todas estas son ocasiones donde el cerebro tiene que intensificar su energía para poder captar el aprendizaje que nos interesa.

Octavio  Ballesteros

En la época primitiva el cerebro humano se encargaba de estar atento a las situaciones de peligro que pudiera enfrentar la persona, y de alguna manera activar el miedo (correr para huir), o el coraje (para enfrentar peligro).

En esta época actual ya es muy difícil encontrar un peligro o riesgo como antes, entonces el cerebro lo que busca es su propia eficiencia tratando de gastar la menor energía posible, podemos decir andar en modo de baja energía.

Cuando leemos, tomamos una clase, hacemos un experimento, estudiamos un nuevo idioma, todas estas son ocasiones donde el cerebro tiene que intensificar su energía para poder captar el aprendizaje que nos interesa.

QUÉ OCURRE

Acorde con Je Karp, catedrático de Harvard y del MIT, lo que está pasando actualmente es que las comodidades, las gratificaciones, y las distracciones digitales diseñadas para desviar nuestra atención y retenerlas con estímulos sensoriales acaban siendo como caramelos para nuestro cerebro. Y todas estas recompensas instantáneas crean rápidamente hábitos, incluso cuando no están en consonancia con nuestras intenciones. Ejemplo muy sencillo: Verificamos un dato que necesitamos en nuestro trabajo o estudios, ingresamos a Internet a buscarlo, y ya sea antes o después nos llama la atención una notificación que recibimos, ingresamos al anuncio que nos llegó, y lo que debió ser 5 minutos de inmersión termina siendo media hora o 40 minutos de un recurso no renovable como es el tiempo.

Cuando nuestro cerebro pasa mucho tiempo en modo de baja energía podemos decir que “pierde condición física” para aprender algo, y por ende vamos perdiendo capacidad de captar o emprender algo nuevo que requiera estudio o preparación.

El modo de baja energía del cerebro va produciendo un sesgo o tendencia a buscar lo más fácil o más rápido, incluso en aspectos que nos interesan y que deberían importarnos más: Manejo adecuado de una relación, modo de sacar adelante un negocio o aspecto profesional, ser más creativos, o simple y sencillamente pensar de una manera más reflexiva.

QUÉ PODEMOS HACER CONSECUENCIAS

Como el cerebro “no trae condición física” ¿qué ocurre entonces con la avalancha de información que nos llega diariamente ?… la persona no tiene capacidad para distinguir en lo que es real y lo que es falso, es más, toma todo como verdadero. Y cuando el modo de cerebro de baja energía domina toda una sociedad o comunidad la cosa ya se pone muy delicada. Empresas como Apple, Amazon, e Instagram invierten miles de millones de dólares para sacar partido de nuestro modo de cerebro de baja energía y así ganar dinero.

Lo que se sugiere es primeramente practicar la lectura, estudiar, asistir a cursos, tratar de ser una persona con afán de aprendizaje constante.

Un segundo aspecto crucial es el también tener un propósito de vida, objetivos personales y profesionales a corto, mediano y largo plazo.

Qué nuestras acciones diarias tengan un sentido de intención: Esto y que hago en estos momentos, ¿en qué dirección me lleva?

Y un tercer aspecto puede ser el vivir momento presente al 100%: Enfocarme en lo que estoy haciendo y no permitir distracción alguna. Cuando hacemos dos cosas a la vez ninguna hacemos bien. Como bien decía Jim Collins, famoso autor y coach de negocios: “Si tienes más de tres prioridades en realidad no tienes ninguna”.

Estimados lector: Hay que poner al cerebro a que adquiera condición física, toca a cada persona averiguar el mejor modo de hacerlo… ¡feliz domingo!

Presión es algo que uno siente cuando no tiene la menor idea de lo que está haciendo”

—  PEYTON MANNING.

Temas relacionados