Caen delitos de alto impacto, otros suben y la cifra negra persiste
Las autoridades han declarado que están priorizando estrategias para combatir estos delitos, reconociendo su gravedad y el efecto desestabilizador que tienen en la sociedad.
EDUARDO RUIZ-HEALY
El Gobierno federal ha catalogado a varios delitos como de alto impacto porque afectan gravemente a la sociedad mexicana. Esta lista incluye los delitos de homicidio doloso, feminicidio, lesiones dolosas, secuestro, extorsión y robos con violencia. La lista de delitos de alto impacto no solo abarca crímenes violentos, sino también aquellos que tienen un impacto económico y social significativo y aumentan la percepción de inseguridad entre la población.
Las autoridades han declarado que están priorizando estrategias para combatir estos delitos, reconociendo su gravedad y el efecto desestabilizador que tienen en la sociedad. Ayer, la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), Marcela Figueroa Franco, informó sobre la incidencia delictiva a nivel nacional y destacó una tendencia a la baja en los homicidios dolosos y otros delitos de alto impacto desde 2019, atribuyendo esta disminución a la que denominó como la “estrategia de construcción de paz” del gobierno.
Mencionó que el promedio diario de homicidios en octubre de 2024 fue el más bajo desde 2017 y destacó una reducción del 40.38% en delitos de alto impacto, comparado con el pico registrado en 2019. Además, subrayó el aumento en la confianza de la población en instituciones como el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, lo cual se refleja en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el Inegi. Lo que no mencionó es que, también de acuerdo con el Inegi, el 92.9% de los delitos no se denuncian.
Si se compara el número de delitos de alto impacto registrados en septiembre de 2018, el antepenúltimo mes del gobierno de Enrique Peña Nieto, con los de septiembre de 2024, el penúltimo mes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se aprecia una reducción del 14.6% en homicidios dolosos, de 3.9% en feminicidios, 78.9% en secuestros y 43.3% en robos con violencia. Sin embargo, aumentó 2.3% el número de lesiones dolosas y 51.3% el de extorsiones.
Si bien es cierto que se han reducido los números para la mayoría de los delitos de alto impacto que se denuncian, los datos reflejan un alarmante incremento en diversos delitos, particularmente en aquellos relacionados con la violencia sexual y familiar. El acoso sexual encabeza este alza con un impresionante 273.6%, seguido de rapto (250%) y otros delitos contra la libertad y la seguridad sexual (211.1%). La violencia de género ha escalado en 154.1%, y el hostigamiento sexual 107.3%. La trata de personas aumentó 78.4% y las violaciones 39.4%. La corrupción de menores también se disparó, mientras que delitos comunes como el abuso sexual y la violencia familiar aumentaron de manera alarmante. Fraude y amenazas subieron en más de 50%, y otros delitos contra la libertad personal, la integridad, el patrimonio y la familia muestran incrementos constantes.
Es evidente que se requiere un esfuerzo sostenido y coordinado de todas las instituciones de seguridad y justicia para reducir más el número de todos los delitos. El desafío es considerable, pero no insuperable, y solo a través de un enfoque integral y persistente México será más seguro para todos sus habitantes.