Sínodo de la Sinodalidad
Se ha recibido con desencanto la conclusión del Sínodo de la Sinodalidad porque los temas más controvertidos quedaron sin ser modificados.
Del 2 al 27 de octubre se desarrolló en el Vaticano la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que versó sobre la Sinodalidad en la Iglesia Católica.
La primera parte se desarrolló en el mes de octubre de 2023.
Fue un proceso de tres años de intensa discusión en todas las Diócesis de los países en los que está presente la Iglesia.
El 2 de octubre en la sesión inaugural el papa Francisco planteó que ésta debería de “ofrecer su contribución para que se conforme una Iglesia sinodal en misión, que sepa salir de sí misma y habitar las periferias geográficas y existenciales cuidando que se establezcan lazos con todos en Cristo nuestro Hermano y Señor”.
A lo largo del proceso en estos tres años han participado los obispos, pero también los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, hombres y mujeres, que en las sesiones han podido votar al igual que los obispos.
En la segunda sesión se discutió en las Diócesis el documento elaborado en la primera sesión con los temas, que deberían de ser puestos a debate en la Iglesia universal, entre otros, para poner dos ejemplos, el sacerdocio de las mujeres y el celibato obligatorio de los sacerdotes.
El Documento final del Sínodo de la Sinodalidad 2024 fue dado a conocer el pasado domingo 27 de octubre. Es un texto que requiere tiempo de análisis. Se estructura en 155 puntos.
Y se divide en una Introducción y cinco partes y una conclusión.
La Primera parte: El corazón de la Sinodalidad, tiene cinco apartados: Llamados por el Espíritu Santo a la conversión; Las raíces sacramentales del Pueblo de Dios; Significado y dimensiones de la Sinodalidad; Espiritualidad sinodal y La Sinodalidad como profecía social.
La Segunda parte: En el barco, juntos, tiene ocho apartados: La conversión de las relaciones; Nuevas relaciones; En una pluralidad de contextos; Carismas, vocaciones y ministerios para la misión; Con el Obispo: Presbíteros y Diáconos; Colaboración entre ministros ordenados dentro de la Iglesia sinodal y Juntos por la misión.
La Tercera parte: “Echad la red”, tiene dos apartados: Conversión de procesos y La articulación de los procesos de toma de decisiones. La Cuarta parte: Una pesca abundante, tiene un apartado: La conversión de los vínculos. La Quinta parte: “Yo también os envío”, tiene un apartado: Formar un pueblo de discípulos misioneros.
Al darse a conocer el documento también se hizo público, cómo fue la votación. En las reglas del Sínodo de la Sinodalidad se requerían dos tercios de los votos para aprobar cada párrafo. Había 368 miembros con derecho a voto, pero por diversas razones solo 355 participaron de la votación final. La diversidad de las votaciones y la imposibilidad de llegar a consensos revela la enorme pluralidad de la Iglesia hoy presente en todo el mundo.
En general se ha recibido con desencanto la conclusión del Sínodo de la Sinodalidad porque los temas más controvertidos quedaron sin ser modificados. A pesar de esos lo que este sínodo introdujo a la Iglesia implica un cambio de dimensiones históricas en sus 2000 años de existencia: Las decisiones se toman en común y en ellas participan los laicos, hombre y mujeres, en igualdad de condición que los obispos.
No es poca cosa.