El regreso de Trump y México
El hecho de que México sea ahora gobernado por una mujer podría complicar las cosas dado el historial de Trump de menospreciar a las mujeres con poder.
EDUARDO RUIZ-HEALY
El regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos alterará profundamente las relaciones entre su país y México en áreas clave como inmigración, comercio, seguridad y medio ambiente. El hecho de que México sea ahora gobernado por una mujer podría complicar las cosas dado el historial de Trump de menospreciar a las mujeres con poder. Cualquier gesto condescendiente podría llevar a la presidenta Claudia Sheinbaum a adoptar una postura más firme en defensa de la dignidad nacional. Las percepciones de respeto o falta de este serán cruciales en las relaciones diplomáticas y económicas.
En cuanto a la migración se refiere, sus políticas de deportación masiva y la restauración del programa “Permanecer en México” generarán fuertes presiones en ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez, que entre 2017 y 2021 enfrentaron crisis humanitarias por la acumulación de migrantes. Trump también ha sugerido usar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para deportar a presuntos criminales sin juicio, lo que podría llevar a deportaciones arbitrarias y tensiones legales.
Respecto al narcotráfico, Trump propone designar a los cárteles como organizaciones terroristas y ha insinuado el uso de la fuerza militar contra ellos, incluso dentro de México. También ha mencionado el despliegue de drones y ataques selectivos contra líderes criminales. Tales intervenciones directas violarían la soberanía nacional, generarían una crisis diplomática sin precedentes, complicarían la actual cooperación en seguridad, provocarían protestas en México y alimentarían un sentimiento antiestadounidense.
En comercio, los aranceles propuestos por Trump de entre 10% y 20% sobre todas las exportaciones mexicanas reducirán la competitividad del País y afectarán a sectores clave como el automotriz y de autopartes, que representa casi el 4% del PIB nacional. Con la revisión del T-MEC en 2026, intentará renegociar términos desfavorables para México. Por si lo anterior no fuera suficiente, ha amenazado con imponer aranceles de hasta 100% si el Gobierno mexicano no intensifica sus esfuerzos para controlar el flujo migratorio y combatir el narcotráfico. Esta medida golpearía a las cadenas de suministro y forzaría a que muchas industrias mexicanas busquen otros mercados para sus productos o cierren sus operaciones.
Trump ha dicho que destinará fondos y tropas adicionales para reforzar la frontera. Durante su primer mandato, el despliegue de la Guardia Nacional generó tensiones y un enfoque más militarizado complicará aún más la colaboración en narcotráfico y crimen organizado, temas que requieren cooperación binacional.
En el ámbito ambiental, Trump planea eliminar regulaciones sobre emisiones y combustibles fósiles, lo que podría impactar negativamente a ciudades fronterizas como Mexicali, donde la calidad del aire ya es un problema. La falta de colaboración ambiental pondría en riesgo los compromisos de México en el Acuerdo de París y su capacidad de enfrentar el cambio climático.
En resumen, una segunda administración de Trump representará un desafío mayor para México, donde cada negociación será una prueba de la capacidad del gobierno para proteger la soberanía y los intereses nacionales.