Fascismo: Una advertencia
Madeleine Albright (1937-2022) con claridad señala: “Los primeros indicios del fascismo: El descrédito de políticos reconocidos, la aparición de representantes que buscan la división en lugar de la unión, la búsqueda de la victoria política a cualquier precio y la apelación a la grandeza de la nación por parte de personas que solo parecen tener un sentido retorcido de lo que esto significa”.
El fin de la independencia en el sistema judicial mexicano no se dio con la respuesta del ministro Pérez Dayán, el proyecto a discusión del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá era meritorio y plausible, un desesperado intento conciliatorio y de buena fe que pretendía ganar tiempo, pero irremediablemente entreguista.
Lo que definió el desmantelamiento autocrático se produjo previamente, la sobrerrepresentación que de forma abusiva y fraudulenta se le otorgó al oficialismo, derivado de la captura política del INE y el Tribunal Federal Electoral, posteriormente y emulando las prácticas más ominosas apareció el chantaje y la amenaza en el Senado, lograron la mayoría calificada en donde no la tenían, bajo estas formas la captura de la Corte era cuestión de tiempo.
Para las dimensiones del País en población, tamaño e importancia, la preocupación social por lo que sucedía y hoy es una realidad, fue marginal. La clase empresarial que debía haberse manifestado políticamente, no existe; no tiene una representación auténtica, quienes ostentan las siglas son personeros de acaudalados que medran por sus intereses y funcionan de escenografía para los desvaríos gubernamentales, por más disparatados que estos sean, otros que no militan en las organizaciones cupulares, intentan subsistir sin más recelo que proteger sus intereses.
Los intelectuales no tienen el peso ni la fuerza que deberían, son sumamente cautelosos e invariablemente su opinión lleva implícita la imparcialidad como advertencia; los hay para toda ocasión. En nuestro País pertenecer a este grupo y ser simpatizante de la izquierda -sea lo que esto signifique en México-, es casi una religión mayoritaria. Encontrar un académico que despliegue su liberalismo y opinión original es difícil. Las iglesias han quedado rebasadas, los editoriales de sus medios no tienen ni la difusión ni el interés de la prensa. Las diferentes confesiones religiosas que tienen presencia en México no tuvieron opinión. La clase política opositora no encuentra la manera de representar las aspiraciones de aquellos que votaron en contra del oficialismo, hay que señalar que la difusión se encuentra ahogada por los medios de los que dispone el oficialismo, públicos o privados, nunca en el México contemporáneo se había dado el uso patrimonialista del Estado como en este régimen. Las mayorías fraudulentas y su presidencia han entrado en una vía de malos antecedentes, semejante a otros momentos de la historia mundial que acabaron con naciones y enfrentaron a sus sociedades, gobiernos que desfiguraban las relaciones políticas, adulteraban el lenguaje y sometían a repúblicas con el afán de eternizarse.
Madeleine Albright (1937-2022) acompañó a William Clinton como la primera secretaria de Estado en la historia política norteamericana, su carrera fue una lucha por la democracia, en 2018 escribió un libro esclarecedor, lo tituló: Fascismo: Una advertencia. Relata su experiencia rememorando su primer contacto con el fascismo en su Checoslovaquia natal, vivió el exilio desde niña, primero el nazismo y posteriormente el triunfo comunista y el terror estalinista. Su carrera es fulgurante, se convierte en una observadora de primera mano de los cambios políticos en el mundo, sus testimonios son una enseñanza y una advertencia para el mundo y los Estados Unidos.
Con claridad señala: “Los primeros indicios del fascismo: El descrédito de políticos reconocidos, la aparición de representantes que buscan la división en lugar de la unión, la búsqueda de la victoria política a cualquier precio y la apelación a la grandeza de la nación por parte de personas que solo parecen tener un sentido retorcido de lo que esto significa”. Junto a una sociedad desinteresada y distraída, demuestra que la realidad en México es peor de lo que parece.