Sheinbaum y el mundo
Cada vez que empieza un nuevo Gobierno se especula si tendrá o no una vinculación más globalista. Los temas de política exterior nunca figuran realmente en las campañas presidenciales mexicanas.
Genaro Lozano
Apenas lleva un mes y medio en el Gobierno y la presidenta Claudia Sheinbaum ya salió al mundo. Fue realmente positivo ver a Sheinbaum participar en la Cumbre del G20 en Brasil y mantener reuniones bilaterales con sus homólogos de EU, Canadá, Francia, China, así como encuentros grupales con los líderes de Corea, Turquía y Australia, (el grupo Mikta) y con los latinoamericanos. La participación de la Presidenta fue especialmente relevante porque había dudas sobre si le interesarían los temas globales.
Cada vez que empieza un nuevo Gobierno se especula si tendrá o no una vinculación más globalista. Los temas de política exterior nunca figuran realmente en las campañas presidenciales mexicanas. Tenemos una vocación regional más que global en México. Un interés norteamericano, por los más de 35 millones de personas con ascendencia mexicana que viven en Estados Unidos y por la potente dinámica comercial que tenemos con nuestros dos socios en el T-MEC. Más allá de eso parece haber poco interés en México por el resto del mundo. Ese interés lo han puesto siempre los presidentes y sus cancilleres. A AMLO, por ejemplo, le interesó Norteamérica y el tener una relación más estrecha con Centroamérica.
De Sheinbaum teníamos algunas pistas sobre cuáles serían los temas que más le interesarían del mundo. Como académica y como científica participó en el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU, grupo que se hizo acreedor del Premio Nobel de la Paz en 2007. Cuando ganó la jefatura de Gobierno de la CDMX visitó varias ciudades europeas para comparar soluciones a temas de movilidad, gobernanza y derechos. Como jefa de Gobierno fue a un foro de temas medioambientales a Colorado. La elección de Juan Ramón de la Fuente como secretario de Relaciones Exteriores evidencia un fuerte interés en lo multilateral. El viaje de la Presidenta y su discurso ante el G20 corrobora algunos de esos intereses. Su visión del mundo.
El G20 es uno de los grupos más relevantes a los que México pertenece. Reúne a las 20 economías más grandes del mundo y en las reuniones anuales entre jefas y jefes de Estado se discute precisamente el estado de la economía y el de la cooperación económica global. Cada presidencia del G20 le inyecta a la cumbre anual su propia visión. En el caso de la Cumbre en Brasil, el presidente Lula empuja una alianza global contra la pobreza, la desigualdad y el hambre. Temas que van muy en el mismo sentido de las prioridades mexicanas y del Gobierno de Sheinbaum. Por ello era importante para el Presidente brasileño que la Presidenta mexicana fuera a la Cumbre. Por ello Lula insistió aquí en México cuando vino a la toma de protesta de Sheinbaum.
El G20 le da a Sheinbaum la oportunidad de relanzar una alianza con los líderes de Colombia, Chile y Brasil, los países latinoamericanos con los que hoy tenemos más coincidencias y con los que se puede hacer mancuerna para el desarrollo compartido del que habló la Presidenta en su mensaje al G20. Además sirvió como punto para el que quizás sea el único encuentro que sostendrá la Presidenta con Joe Biden, antes de que este deje la Casa Blanca y para un encuentro personal con el primer ministro Trudeau. En este mundo digital parecerían innecesarios los encuentros presenciales, pero en la diplomacia el cara a cara siempre es importantes. Genera química y confianza entre los y las mandatarias.
Más allá de esos encuentros, el G20 dejó en claro que a la Presidenta le interesa el combate al cambio climático y a la desigualdad. Su propuesta de destinar el 1% del gasto militar a un programa de reforestación va en el sentido de su visión del mundo y de la prioridad de combatir la desigualdad. Las otras prioridades en política exterior ya están delineadas en los mensajes que ha dado el canciller De la Fuente y tienen que ver con la protección de los mexicanos en EU y el resto del mundo, con atraer inversiones y con defender la soberanía mexicana. Por lo pronto, Sheinbaum ya mostró un buen interés por lo internacional.