El dilema
“La presidenta Claudia Sheinbaum ha desperdiciado importantes oportunidades para distanciarse de su antecesor, enfrentando hoy un dilema...”.
El inicio ha sido caótico, aunado a un entorno nacional complejo y un internacional intrincado. La Presidenta se enfrenta a un escenario nacional de enormes riesgos y un internacional de definiciones.
Hay que añadir que en este ambiente tan enrarecido que intenta transitar, su poder es mermado por el dominio, influencia política y administrativa de su antecesor, esto hace que de inmediato se le resten merecimientos.
Hay una gran similitud con el pasado, particularmente con el periodo de Pascual Ortiz Rubio (1877-1963) para desgracia de este revolucionario y expresidente, en la memoria popular quedó como el ejemplo del pelele, los motes hirientes y descalificaciones anularon a un personaje significativo, maderista de primera hora y revolucionario de notable trayectoria.
El 4 de marzo de 1929, Plutarco Elías Calles (1877-1945) lo impone como el primer candidato del recién fundado PNR, con esta imposición el sonorense desactiva a los obregonistas que tenían un candidato fuerte con importantes méritos: Aarón Sáenz (1891-1983) la maniobra es de inmediato reprobada por los opositores a Elías Calles y calificada como un madruguete.
Ortiz Rubio reconoce en sus memorias el error cometido al someterse, lo hace ver como un acto personal ineludible:
“... Me entregaba en caso de mi triunfo, a un grupo completamente adicto a él, más bien dicho servil a Calles, y era de presumirse lo difícil de manejarlo. Pero no había más remedio: Acepté ser candidato de su partido y tenía que cumplir mi compromiso”. Desde entonces, la vida política de Ortiz Rubio se supeditó al ex Presidente.
El 17 de noviembre de 1929 se realizan las elecciones resultando triunfador, todo el aparato político construido por el PNR, así como diversos actores políticos, militares y sociales se suman a su victoria, detrás de ese enorme instrumento recién creado se encontraba Plutarco Elías Calles.
Ortiz Rubio toma posesión el 5 de febrero de 1930 y comienza una Presidencia arrodillada a la voluntad del jefe máximo, imponiéndole a los funcionarios que conforman su gabinete integrado por obregonistas y callistas fieles al expresidente, era manifiesto que los secretarios acordaban con el general Elías Calles, la mayoría sin cuidar las formas.
El 14 de octubre de 1931 el presidente Ortiz Rubio se ve obligado a entregar la titularidad de la Secretaría de Guerra y Marina al expresidente Elías Calles y concederle los primeros cambios que opera don Plutarco en el gabinete.
El punto más crítico y costoso para Ortiz Rubio se dio el 20 de enero de 1932, Calles le exige entregar las secretarías que desempeñaban Luis Montes de Oca, Genaro Estrada y Aarón Sáenz, en ese momento la burla popular lo bautiza como “El Nopalito”, la gente explicaba el apodo mofándose de él por “baboso”, como resultado de su apocamiento.
El periodo de Ortiz Rubio enfrentó retos internacionales, la Depresión de 1929 y sus consecuencias, así como la suspensión por dos años del pago de la deuda externa. En lo nacional tuvo aportaciones importantes, materiales y políticas, pero lo que hoy queda es el recuerdo de un Presidente títere.
Renunció a su cargo el 2 de septiembre de 1932, posteriormente se exilió en Estados Unidos, regresando a México en 1935.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha desperdiciado importantes oportunidades para distanciarse de su antecesor, enfrentando hoy un dilema:
Ejercer su Presidencia o dedicarse a administrar el séptimo año de su antecesor.