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Johnson, el embajador

En la retórica del próximo presidente estadounidense la función del nuevo embajador será ayudar a combatir la migración ilegal,

Johnson, el embajador

Donald Trump anunció que nombrará al coronel retirado Ronald Johnson como embajador en nuestro País. Se trata de un militar que trabajó por dos décadas al menos, como oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en funciones relacionadas con América Latina.

Antes estuvo en Centroamérica como comandante en el Grupo de las Fuerzas Especiales en Panamá. A principios de la década de 1980 trabajó en El Salvador como asesor militar y participó en acciones de combate contra la guerrilla y la población que la apoyaba.

En esos años se organizaron ahí los infames “batallones de la muerte” que sembraron terror en el campo diezmando a la población civil que consideraban sospechosa de cooperar con los insurgentes: Ejecutaban sin juicio, ni piedad, a hombres, mujeres y niños por el sólo hecho de parecer colaboradores de los guerrilleros.

Durante su estancia en Panamá tuvo lugar la invasión norteamericana en contra de Manuel Noriega, el hombre fuerte de ese país. Esa operación causó la muerte de unos 7 mil civiles, y culminó con la captura de Noriega, antiguo agente de la CIA, al que llevaron como prisionero de guerra a una cárcel de Florida.

Cuando las tropas norteamericanas ocuparon la residencia de Noriega encontraron en el refrigerador varios kilos de una sustancia blanca y húmeda que mostraron a la prensa como una prueba de su trasiego de estupefacientes; unas horas después algún soldado un poco más avispado identificó a ese supuesto “narcótico” como masa para tamales.

En 1990, el gobierno de los Estados Unidos trasladó a Ronald Johnson a los Balcanes como oficial militar de un equipo integrado por la CIA para capturar a personas acusadas de crímenes de guerra. Cuando Trump fue presidente nombró a Johnson embajador en El Salvador con Nayib Bukele como presidente.

La relación entre ambos fue amistosa y cercana. Algunos analistas consideraron que la función de Johnson era ser un “Proconsul” de Trump en San Salvador, esto es, una especie de gobernador designado por la metrópoli para controlar una colonia. Su desempeño ahí duró solamente año y medio. Trump se inclinó por postular a Johnson para México por su fogueo en los servicios de inteligencia en nuestra región.

En la retórica del próximo presidente estadounidense la función del nuevo embajador será ayudar a combatir la migración ilegal, malhechores en su argumentación, y luchar contra la entrada de drogas, particularmente el fentanilo.

El discurso de Trump, y la nominación de Johnson, tienen como objetivo mostrar a sus electores que él tiene mano dura para combatir al enemigo, presuntamente los introductores de drogas a su territorio, entre los cuales no duda en identificar como criminales a los indocumentados que su economía demanda y tolera de muy buena gana, porque cumplen una tarea importante en la agricultura estadounidense: El apoyo temporal e indispensable en las labores agrícolas, y también en una multitud de empleos urbanos no muy bien remunerados que a los ciudadanos estadounidenses les parecen demasiado pesados y mal pagados.

El objetivo de Trump es establecer como hipotéticos enemigos de sus conciudadanos a un conglomerado de extranjeros muy diverso pero que él identifica como delincuentes que trajinan narcóticos a su país, y generan problemas de salud para sus pobladores, y también inseguridad.

Es una técnica que utilizó el fascismo para construir contrincantes falsos y presumiblemente peligrosos, para presentarse como capaz de salvar a su país de tantas amenazas inventadas para justificar interevenciones hostiles.

El señor Johnson viene menos como diplomático, y más como curtido interventor y vigía de nuestro gobierno, para supervisar si nos ajustamos a las aspiraciones de un presidente contumaz y soberbio.

Faltan cinco semanas para que el Donald tome posesión como presidente, entonces nominará a este personaje como su embajador en México. Dan ganas de poder decirle algo así como “¿Sabe qué don Trump? reflexione y búsquese un representante más adecuado. Le damos chance de intentarlo otra vez, ahora mejor tanteado…”

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