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¿Cómo es tu diálogo interno?

Todos los seres humanos tenemos un diálogo interno, por ejemplo cuando salimos de una entrevista ya sea de trabajo o con un prospecto para una venta, inmediatamente reflexionamos si sobre lo que dijimos en la cita estuvo apropiado o cometimos un error.

Octavio  Ballesteros

Todos los seres humanos tenemos un diálogo interno, por ejemplo cuando salimos de una entrevista ya sea de trabajo o con un prospecto para una venta, inmediatamente reflexionamos si sobre lo que dijimos en la cita estuvo apropiado o cometimos un error. En esta colaboración vamos a analizar algunos tipos de este diálogo interno, y se basa en una clasificación hecha por la sicóloga Alba Cardala.

DIÁLOGO DE IDENTIDAD PROPIA

Este diálogo se utiliza sobre todo para hacernos preguntas trascendentes, tales como quién soy, a qué he venido a este mundo, cuál es el sentido de mi vida, qué aspecto debo cambiar para mejorar, etc.; elegir la persona que será nuestro cónyuge, la carrera universitaria que voy a cursar, forman parte importante de este tipo de diálogo.

Tenemos también un segundo tipo de diálogo motivacional que como su nombre lo indica nos ayuda para animarnos. Acorde con otros expertos a quienes la palabra motivación no les gusta mucho afirman que tener un objetivo claro y definido sirve mucho para mantenerte motivado y seguir adelante a pesar de las contradicciones que puedas encontrar. Todos los grandes empresarios y científicos que han logrado hitos importantes han utilizado este sistema de tener muy claro que les interesa alcanzar.

DISOCIATIVO

Este diálogo es muy “divertido”. Es cuando uno mismo se platica a las dos o más alternativas que hay con respecto a una decisión. Un ejemplo clásico de esto sería el dejar un trabajo o cambio de profesión. Cuando enfrentas esta decisión, supongamos porque ya no te es atractivo lo que estás ejecutando, y empiezas a imaginarte lo fascinante que será una actividad que vaya más acorde con tus gustos y aficiones.

Pero inmediatamente surge la otra voz que dice para qué te vas arriesgar, aquí ya tienes un sueldo estable y conoces muy bien cómo se hace, etc. Aquí en este tema me acordé de los que dice un coach de negocios británico sobre tres adicciones muy fuertes: La heroína, los carbohidratos y el sueldo mensual.

Para mí esto último me gusta que se refiera a la zona de confort que todo mundo tenemos, y que hay que procurar no permanecer mucho en ella. Y por último tenemos el diálogo compulsivo: Es la voz que te empieza a sugerir sobre analizar las cosas, generalmente en tono negativo.

Es cuando empezamos a utilizar la frase: “Y si hubiera dicho esto?”… “si no hubiera hecho esa broma”… “si me hubiera vestido de otra forma”… es un diálogo francamente muy dañino y que hay que procurar cortar de inmediato.

Bien se ha dicho que el hubiera no existe. A manera de conclusión estimado lector, ¿cómo va tu diálogo interno? De este depende mucho la calidad de vida.

¡Feliz domingo!

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