Sin representación
La crisis de representación en lo que papel sólo existe, una democracia representativa, pervive. Los siete diputados federales que representan a los ciudadanos de Sonora ausentes en el debate, propuestas y defensa, votaron todos ellos bajo línea partidista a favor del Gobierno y en perjuicio de sus representados.
¡Vaya manera de legislar! Exclamó Muñoz Ledo precedido por una muy mexicana expresión ante el grotesco espectáculo en diputados. Apropiadas palabras que en toda su extensión reflejan el sentir sobre lo acontecido en este primer periodo ordinario de sesiones de la LXVI legislatura que acaba de concluir. La agenda legislativa implementada parecería ser fue fruto de la imaginación de Luis Estrada y Vicente Leñero, galardonados guionistas de “La ley de Herodes”, tristemente nos enfrentamos a un caso donde la realidad supera la ficción.
La obligación constitucional de presupuestar por parte de los legisladores federales abandonada al haberse convertido estos en una burda ventanilla de trámites del Ejecutivo al haber aprobado sin hacer muecas un Presupuesto de Egresos cuyas prioridades sólo reflejan los deseos de la administración anterior en una marcha desenfrenada por destruir para privilegiar el clientelismo, obras capricho, militarismo, opacidad y centralizar todas las decisiones de la vida pública nacional.
Entre otros sinsentidos encontramos en este primer periodo ordinario reformas constitucionales para capturar y eliminar la independencia judicial, la desaparición de los órganos autónomos donde destaca el INAI que permitirá a Sheinbaum continuar el regreso al oscurantismo sobre el ejercicio del gasto público.
El elevar a rango constitucional una prohibición de “vapeadores” rompe toda estructura jurídica al llevar un tema que debería ser materia de una ley secundaria a la Constitución, donde la proporcionalidad de las penas impuestas carecen de toda lógica y en cualquier análisis serio que se pretenda a futuro será el ejemplo con el cual se evidencie los excesos de una mayoría sin filtros. Bajo esta lógica no me sorprendería que el Ejecutivo federal o algún novel legislador de la autodesignada Cuarta Transformación busque elevar a rango constitucional la receta para preparar los afamados tamales de chipilín declarándolos patrimonio nacional.
EL albazo legislativo con el cual logran modificar la Ley del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores para permitir que de forma unilateral el Gobierno pueda disponer de los recursos privados propiedad de los trabajadores abre las compuertas para que la administración de Sheinbaum disponga de más de 2 billones de pesos de recursos privados sin autorización de sus dueños. Bajo esta misma lógica en cualquier momento pueden ampliar el “agandalle” para disponer de los recursos privados de las Afores. El eliminar de facto la naturaleza tripartita de Infonavit representa junto con la implementación de un sistema de opacidad en el gasto público un paso más al abismo del absolutismo. Es una magnífica idea el buscar que pueda acceder al derecho constitucional a una vivienda, el convertir a Infonavit en constructora y arrendatario es el preludio de un desastre cuyos costos los pagarán los trabajadores o serán socializados. Espero y no busquen al tiempo regresar los ahorros con bilimbiques.
En 1972 cuando Echeverria creó el Infonavit la intención era que en un plazo de 10 años se regresaría el ahorro a los trabajadores, López Portillo modificó la ley para que dichos recursos no se reintegraran a los trabajadores, la reforma de 1997 reinstauraba la posibilidad de recuperar lo ahorrado con esta reforma, al permitir un uso discrecional del fondo se pone en grave riesgo representando un duro golpe a todos quienes tenemos recursos en la subcuenta de vivienda.
El unilateral proceder de un Gobierno autoritario, que sin socializar, sin parlamento abierto y en tiempo récord rompe los candados capturando para su libre disposición 2 billones de pesos de particulares, eliminando los órganos de control al modificar su composición para imponer una mayoría oficialista y reservarse la designación unilateral del director general de Infonavit borrando a trabajadores y patrones es una señal de alerta para ese grupo de villamelones sonorenses que en un acto de ingenuidad o complicidad conspiraron con el Ejecutivo para incrementar impuesto sobre nómina. El pensar que esta vez será diferente y que quienes han hecho de su vida pública un ejercicio de traiciones y rompimientos de promesa a partir de que se le dé acceso a más recursos se convertirá en un gobernante ejemplar, está fuera de toda lógica.
La crisis de representación en lo que papel sólo existe, una democracia representativa, pervive. Los siete diputados federales que representan a los ciudadanos de Sonora ausentes en el debate, propuestas y defensa, votaron todos ellos bajo línea partidista a favor del Gobierno y en perjuicio de sus representados. Los senadores que representan a Sonora los dos oficialistas dan pena por su sumisión; Beltrones y Téllez con una valiente aunque infructuosa defensa. Del Gobernador queda poco que decir fuera de que el 5 de diciembre publicó en el Boletín Oficial el donativo de 150 inmuebles al IMSS-Bienestar. Sobre esto último no encuentro en la Constitución fundamento alguno para que el Ejecutivo done como si fuera patrimonio propio los bienes del Estado. Esta crisis también se refleja en los dirigentes de organismos empresariales cuyo actuar va en detrimento de quienes dicen representar.
Ante esta realidad nos corresponde incentivar una conversación de posibilidades donde se busque convencer que levante su voz a por lo menos una persona al día, llevando a aquellas organizaciones intermedias donde participemos el reclamo del ilegítimo actuar de sus dirigentes y buscar nuevos liderazgos.