Optimismo
Los clanes familiares en la cúpula de una mal lograda transformación están a la vista de todos.
CASCABEL
A quien hace el favor de leerme mi agradecimiento, le deseo el mayor de los éxitos para este año que inicia, que la salud, alegría, prosperidad, paciencia, tolerancia y esperanza los acompañe a usted y sus seres queridos.
La realidad no es como se nos presenta, es como seamos capaces de construirla. El estar inmersos en un ciclo de noticias, donde estamos expuestos a un talud de noticias, a veces veraces y a veces no, colorea nuestra percepción de la realidad y el estado de ánimo como enfrentamos el futuro.
Por mi parte, a pesar de las señales de alerta que propalan los actores públicos, me declaro optimista por lo que vendrá en 2025.
Mi fe y esperanza sobre el futuro nacen de observar, analizar y conversar. En especial por encontrar jóvenes que con gran capacidad y energía se preparan académicamente en México y el extranjero, jóvenes que han o están por conformar nuevas familias, que emprenden sin temor a pesar de vivir en un País que desincentiva la creación de empresas y empleos, jóvenes asertivos que exigen, reclaman y movilizan a pesar de que existen anquilosados liderazgos políticos, empresariales, gremiales y sociales que buscan conservar su preeminencia.
Suetonio, en su gran obra sobre la vida de los doce Césares, narra que Julio César justificaba su divorcio de Pompeya argumentando que “Considero que los míos deben estar tan libres de sospecha como de culpa”.
Plutarco en Vidas Paralelas nos regala lo que hasta hoy continúa vigente como lección sobre la importancia del comportamiento de familiares de quienes gobiernan: “La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo”.
En la sorprendente declaración de intención legislativa, sin mencionar el influyentismo, de Sheinbaum encuentro además de un desdén por la historia, una incapacidad de reconocer lo que sucede a su alrededor.
Los clanes familiares en la cúpula de una mal lograda transformación están a la vista de todos. Sin negar que legislar de nuevo sobre los conflictos de intereses que se presentan en el ejercicio de la administración pública beneficiaria si se lleva a cabo de manera pulcra.
Mañana, si así lo dispone Sheinbaum, se podría avanzar en disminuir significativamente el nepotismo, influyentismo, corrupción e improvisación.
Esta semana, Alfonso Durazo, con su casaca de Gobernador, toma protesta a un nuevo Secretario de la Consejería Jurídica del Estado de Sonora, del cual esperemos que sea competente y deseamos el mayor de los éxitos.
Aún, sin embargo, es insoslayable observar que Alfonso Durazo también es presidente del Consejo de Morena y el nuevo Consejero Jurídico es hijo de Guadalupe Taddei, presidenta del INE.
El conflicto de intereses entre las partes, por el solo hecho de la contratación, presidente de un partido y presidenta del INE, obligaría al pleno del INE a tomar cartas en el asunto.
En 2022 siendo aún Guadalupe Taddei titular del Instituto Sonorense de Transparencia Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales suscribió un contrato de arrendamiento (Contrato: MM1036) con la empresa Inmobiliaria Alta Sierra S.A. de C.V., para albergar las oficinas del ISTAI con una renta neta de 102 mil 600 pesos mensuales a partir del 15 de julio de 2022, con una disposición de continuación indeterminada de acuerdo con la cláusula Tercera inciso D y una actualización de renta con base en el INPC o 5%, lo que sea mayor según la cláusula Cuarta inciso F. Alfonso Durazo Montaño de acuerdo con el registro público fue el administrador único y apoderado de Inmobiliaria Alta Sierra dejando de serlo formalmente en 2016 como se desprende del acta 16143 del notario público 124 con circunscripción en Culiacán, Sinaloa, continuando a partir de entonces con apoderados y accionistas familiares del Gobernador Durazo.
¿Amor con amor se paga? Los apologistas del régimen seguramente y con justa razón observarán que no hay nada nuevo bajo el Sol, que las prácticas de quienes hoy dicen gobernar se asemejan a los de antes, el asalto a las arcas públicas es parte de la historia universal y tristemente parte de nuestra historia. El sueño de una transformación en busca de gobernantes honestos pervive, al igual que la máxima que recoge Plutarco de “no solo debe serlo, sino también parecerlo”.
Churchill decía que “un optimista ve una oportunidad en cada calamidad, el pesimista ve una calamidad en cada oportunidad”, que “el optimista siempre tiene un proyecto; el pesimista, una excusa”.
Emerson reflexionaba que “el pesimismo es el duende de las mentes pequeñas, lleva a la desesperación e inevitablemente al fracaso”. Sin llegar a los extremos Panglosianos, aquel gran personaje de Voltaire, sostengo que debemos enfrentar el futuro con optimismo.
La construcción de un futuro cierto está a nuestro alcance, requiere escucha, esfuerzo, trabajo, realismo, colaboración y honestidad.
Un primer paso es reconocer que los liderazgos de hoy: Políticos, gremiales, sociales y empresariales, no son parte de la solución; algunos, de hecho, son parte del problema ante su incapacidad e insolencia al haber renunciado a su obligación de representar para privilegiar solamente sus intereses personales y de grupo.
Estructuremos sin ellos, con ellos o pesar de ellos, una conversación de posibilidades entre ciudadanos y así poder convertir ese optimismo en realidad.
Óscar F. Serrato Félix es padre de tres, ciudadano, empresario, analista y optimista