La 4T, a prueba ante Trump
A partir de hoy el aparato administrativo y político de la llamada Cuarta Transformación tendrá su mayor prueba de fuego (tal vez literalmente), con la asunción formal de Donald Trump.
Astillero
Más allá de las declaraciones (todavía ayer, en una gira por Guerrero y Puebla, la presidenta Sheinbaum reiteró que “México no es colonia de nadie, no es protectorado de nadie”), a partir de hoy el aparato administrativo y político de la llamada Cuarta Transformación tendrá su mayor prueba de fuego (tal vez literalmente), con la asunción formal de Donald Trump que ha sido larga y puntualmente precedida de anuncios de acciones del republicano en contra de los intereses generales de México y, en particular, del proceso de cambio institucional que se viene desarrollando desde 2024.
La acometida de la entrante administración de Estados Unidos sólo alberga dudas en cuanto a su intensidad, a su belicosidad. Trump se ha esmerado en advertir que organizará la mayor deportación de inmigrantes irregulares de la historia de ese país, que etiquetará como terroristas a cárteles criminales y que impondrá aranceles a productos mexicanos y renegociará (con ánimos de abandonarlo o someterlo aún más a su conveniencia) el tratado norteamericano de libre comercio. Para ello ha hecho nombramientos que son igualmente una virtual declaratoria de guerra política, social y económica contra México.
Por su parte, la administración claudista pareciera resignada a un papel reactivo, a veces más preocupada la oratoria oficial por hacer ver al nuevo poder estadounidense los costos internos que le significarían las medidas ejecutivas que anunciará hoy Trump que por desplegar una estrategia eficaz, a la medida del reto. La primera línea de la estructura política y administrativa del Gobierno mexicano no se ajustó proporcionalmente a las agresiones tan cantadas.
Omar García Harfuch se ha esmerado en generar estadísticas operativas de apariencia correctiva, con tufo a la escenografía clásica de Genaro García Luna y sin que el predominio de los grupos criminales haya descendido más que en las estadísticas oficiales nada confiables.
Juan Ramón de la Fuente es un personaje de genética política alejada de la defensa de los intereses populares, sin arrestos ni pretensiones de liderazgo verdaderamente defensor de los paisanos en riesgo y atenido a la sabidamente anémica red consular, que en muchos casos está afectada de burocratismo crónico, distanciamiento de los migrantes y refugio de políticos reblandecidos.
Marcelo Ebrard navega sin verdadera emoción (aunque, profesional, la finja), maltratado que fue (y, con él, el interés nacional) en la primera Presidencia de Trump y maltrecho también en los rejuegos internos del claudismo; más activa y apoyada luce Altagracia Gómez, la empresaria de las verdaderas confianzas de Palacio Nacional, tejedora del neoliberal Plan México que busca crear sintonía con el arribo explícito de la arrolladora plutocracia a la Casa Blanca.
En el terreno migratorio tampoco hay novedades en la formación defensiva mexicana. Por circunstancias extrañas se mantiene en el control del Instituto Nacional de Migración quien lo fue a lo largo de la mayor parte del sexenio obradorista (desde junio de 2019, cuando relevó al académico Tonatiuh Guillén). A pesar de que se anunció que sería relevado por Sergio Salomón Céspedes Peregrina en cuanto este dejara la gubernatura de Puebla, lo que sucedió el 13 de diciembre del año pasado, lo cierto es que Garduño sigue en el puesto (este 15 participó en un foro, junto a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez: https://goo.su/tYHuLS ), como también es cierto que sigue sujeto a proceso penal por la muerte de migrantes en Ciudad Juárez y que, en general, su característica al frente del INM ha sido represiva, despótica, funcional a los intereses estadounidenses de contención de los flujos migratorios.
Ya se verá, a partir de hoy, cuando Trump comience a soltar las medidas ejecutivas que afecten a México, el tamaño y la eficacia de la resistencia de la administración Sheinbaum. ¡Hasta mañana!