Cabeza fría
El Presidente de Estados Unidos es un gran provocador. Hay que tener cuidado extremo en no caer en sus instigaciones.
Juegos de poder
No es fácil dejar de responderle a un provocador profesional. Alguien que sabe perfectamente qué nervios tocar para sacar de quicio.
Supongo que Claudia Sheinbaum conoce bien el asunto porque hay muchos personajes con esas características dentro de Morena, comenzando por su fundador, un verdadero experto en la materia. Políticos que atacan sin escrúpulos buscando el impulso fallido del interlocutor. Muchos caen. En el momento en que se enganchan, pierden.
El Presidente de Estados Unidos es un gran provocador. Hay que tener cuidado extremo en no caer en sus instigaciones. Mantener, como recomienda nuestra Presidenta, la cabeza fría. No dejar que ganen las emociones. Resistir desde lo racional. Pensar, en todo momento, lo que más le conviene al País y no embarcarse en aventuras arriesgadas que pueden tener un mal final.
Aprendamos de lo que está pasando con Colombia.
Trump envió a ese país un par de aviones con el fin de repatriar a colombianos indocumentados. Los pasajeros viajaban encadenados en aeronaves militares. Según Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, el Gobierno de Gustavo Petro había autorizado el aterrizaje de dichos aviones. Sin embargo, ya en ruta, canceló la autorización.
Oro molido para Trump.
De inmediato, el Presidente de Estados Unidos anunció represalias como la imposición inmediata de aranceles del 25% a las importaciones colombianas que, en una semana, se elevarán al 50%.
De esta forma, el Presidente de Colombia le ha permitido a Trump enviarle un mensaje a todo el mundo: Si no hacen lo que yo quiero, aplico el garrote. ¿Escucharon todos?
A su vez, Petro reaccionó envolviéndose en la bandera, refugiándose en un trasnochado anti-yanquismo e imponiendo aranceles de 50% a las importaciones estadounidenses.
La carta de Petro publicada en X no tiene desperdicio. La pudo haber escrito Silvio Rodríguez en las mejores épocas de la Nueva Trova cubana: “Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas. Somos pueblos de los vientos, las montañas, del mar Caribe y de la libertad”.
Petro se presenta como el heredero de Fidel Castro. El que está dispuesto a enfrentarse al imperialismo yanqui.
Una de dos: O fue un arranque impulsivo del Presidente colombiano o existe cierta racionalidad al enfrentarse de esta manera a Trump.
Lo primero significaría que Petro cayó en la provocación de Trump. No pudo mantener la cabeza fría. Le ganó su pasado guerrillero y talante revolucionario. Lo dominó el impulso emocional más que el cálculo racional.
Si fuera así, en menudo aprieto puso a su país porque ahora tendrá que buscar cómo salir del embrollo en el que se metió.
La otra hipótesis es que Petro vio en Trump la posibilidad de radicalizarse y amalgamar una coalición política que lo apoye el último tramo de su periodo presidencial.
Según las encuestas, Petro es un Presidente muy impopular. Alrededor de dos terceras partes de los colombianos desaprueba su gestión.
Pelearse contra Estados Unidos, particularmente con Trump, motiva mucho a la base más izquierdista de ese país y lo catapulta como uno de esos líderes latinoamericanos “heroicos” dispuestos a enfrentarse al imperio. En su carta, Petro habla varias veces de la posibilidad de que Estados Unidos intervenga para quitarlo del poder como si lo deseara: “Túmbeme Presidente y le responderán las Américas y la humanidad”.
Es el victimismo que tantos rendimientos políticos le ha dejado a la izquierda en América Latina. Una estrategia racional para un Presidente que está en la lona. Obvio, los efectos negativos para la economía colombiana pasan a un segundo término.
Racional o irracional el enganche de Petro con Trump, el hecho es que el segundo ya ganó.
Las importaciones colombianas a Estados Unidos representan menos del 1% del total. Ponerles un arancel no generará ningún efecto económico negativo en Estados Unidos. Para Trump, lo de Colombia es puro ganar. Un mensaje de poder que prácticamente no le costó nada.
Para Colombia el efecto económico sí será negativo. Estados Unidos es su principal socio comercial. Alrededor del 29% de las exportaciones van hacia allá. Con los aranceles anunciados, los productos colombianos perderán competitividad y participación de mercado dañando a los exportadores. Por su parte, los aranceles que Colombia le ponga a Estados Unidos en retaliación generarán inflación en el país sudamericano.
En una de esas, hasta Petro se dobla y Trump gana todavía más.
Sea lo que sea, no parece que vengan buenos tiempos para Colombia. Yo, por eso, espero que nuestra Presidenta no caiga en provocaciones y mantenga la cabeza fría. Hasta ahora ha funcionado. Que siga así.
Leo Zuckermann
X: @leozuckermann
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