No digas nada
“Say nothing” es una serie de televisión que se puede ver en Disney+ en México. La recomiendo ampliamente.
Juegos de poder
“Say nothing” es una serie de televisión que se puede ver en Disney+ en México. La recomiendo ampliamente.
Uno de los conflictos humanos más dramáticos son las guerras civiles. Cuando un pueblo unido por su historia, cultura y tradiciones se enfrenta entre ellos. Es un reto de la literatura y las artes visuales captar con sutileza lo que esto representa. Pienso, por ejemplo, en Patria, la grandísima novela de Fernando Aramburu que magistralmente retrata las divisiones en un pequeño pueblecito vasco durante las épocas álgidas del terrorismo de ETA. Una novela magnífica que acabó desdibujándose en una serie producida por HBO.
No es el caso de “Say nothing” que también está basado en un libro con el mismo título. No lo he leído, sin embargo la serie es espléndida. Nos cuenta la historia de las hermanas Price, Dolours y Marian, durante tres décadas.
Primero las jóvenes idealistas que se unen al Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés), luego su paso por la cárcel para terminar en un proceso de profunda reflexión sobre su involucramiento en el conflicto del Norte de Irlanda. En su camino se van cruzando dos personajes relevantes de la historia del terrorismo del IRA y del posterior proceso de pacificación entre los rebeldes irlandeses y la monarquía británica: Brendan Hughes y Gerry Adams.
No hay cómo no querer a las hermanas Price.
Primero, por la relación que tienen con su familia: El padre que les trasmite se profundo nacionalismo católico, la madre que las cuida con tanto cariño y la fumadora tía que orgullosamente perdió la vista combatiendo el colonialismo británico.
Después está la chispa de la juventud y las ganas de cambiar al mundo. Ellas son las heroínas que se enfrentan al machismo del IRA, siempre dispuestas a planear actos terroristas de mayor envergadura. La serie logra la conjunción perfecta de una pareja adorable: La pelirroja Dolours (interpretada en su juventud por Lola Petticrew) y la calmada pero tremenda Marian (Hazel Doupe).
Pero no nos hagamos bolas. Las hermanitas son unas asesinas, para decirlo con todas sus palabras. Y llega el día en que las arrestan.
El capítulo de su paso por la cárcel en Gran Bretaña y su huelga de hambre no tiene desperdicio. Es de un dramatismo estremecedor. No digo más para no espoliar la serie.
La prisión, como es previsible, es un momento de quiebre para las hermanas Price. Viene el segundo acto de la serie: La reflexión de si toda la lucha ha servido de algo. Mientras Dolours y Marian están en ese proceso, Gerry Adams se lanza para ser miembro del Parlamento británico por el partido nacionalista Sinn Féin escogiendo la lucha política sobre la armada del IRA.
La tercera parte de la serie es la culminación ya cuando Dolours y Marian son más adultas (interpretadas también de maravilla por Maxine Peake y Helen Behan, respectivamente). Aquí la serie da un giro interesante y se concentra en los desaparecidos de las épocas de la guerra civil en Irlanda del Norte en los años setenta. En particular, el desenlace de la historia de Jean McConville, madre de siete hijos, secuestrada por el IRA bajo la sospecha de estar espiando para los británicos.
El tema resulta muy importante y contemporáneo para lo que está sucediendo en México. No es que los desaparecidos en nuestro País tengan que ver con cuestiones políticas, pero es similar la desgracia de la desaparición de un ser querido y su búsqueda. La hija mayor de Jean McConville no puede vivir en paz hasta no saber qué pasó con su madre. Está dispuesta a mover montañas para conocer la verdad. Y se enfrenta a un muro de silencio que resulta impenetrable.
A las hermanas Price les acompaña el personaje de Brendan Hughes (Anthony Boyle de joven y Tom Vaughan-Lawlor ya más viejo). Se trata del típico cuadro radical, idealista, de todo movimiento político y, en este caso, terrorista. Brendan, sin embargo, es un muchacho pícaro y juguetón que se levanta en la mañana a echarse unos tragos, pone un par de bombas, mata a un soldado británico y luego se va a jugar billar con sus amigos. De adulto sigue siendo el radical que está en contra de llegar a un acuerdo de paz con los británicos.
Y ahí aparece el cuarto personaje importante de la serie: Gerry Adams. De nuevo, no voy a espoliar la serie. Sólo mencionar que su transformación a lo largo de tres décadas resulta fascinante. Del joven idealista al adulto pragmático, del terrorista a parlamentario, aunque Adams siempre negó públicamente su involucramiento con el IRA.
En suma, “Say nothing” es una gran serie política con una enorme fineza sobre la condición humana.
Leo Zuckermann
X: @leozuckermann
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