El huachicol creció en 117% en el sexenio anterior
A pesar de la contundencia de los datos de Pemex, López Obrador hasta el final de su mandato, mintiendo de forma abierta y descarada, sostuvo en su sexenio que el huachicol se había reducido en 90%.
![Rubén Aguilar](https://author-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub/elimparcial/011c57f5-32eb-42fd-9fbf-719f8cf0d696.png)
Unos son los discursos y otra la realidad y en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el huachicol creció en 117% con relación al sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el aumento más alto en la historia del País desde que existe esta práctica, de acuerdo a Pemex.
Una investigación periodística de Everardo Martínez (El Universal, 01.12.24) da cuenta que las tomas clandestinas totales en el Gobierno de Peña Nieto fueron 28 835 y en el de López Obrador 62 441, que representa un incremento del 117%.
De estas, en el caso de López Obrador, 51 779 fueron en ductos de gasolina y en 10 662 de gas LP, y con Peña Nieto 28 384 en ductos de gasolina y 451 de ductos de gas LP. Las tomas de gas LP de un sexenio a otros suponen un crecimiento de 24 veces más.
A pesar de la contundencia de los datos de Pemex, López Obrador hasta el final de su mandato, mintiendo de forma abierta y descarada, sostuvo en su sexenio que el huachicol se había reducido en 90%.
El aumento histórico de las tomas clandestinas y los volúmenes de gasolina y gas, que se extraen de los ductos propiedad de Pemex, se debe a la falta de voluntad política de la empresa para hacer frente al problema.
Se requiere, entre otras cosas, de implementar nuevas tecnologías que están en el mercado y sólo se requiere adquirirlas. Pemex tiene los recursos, para hacerse de ellas, pero no lo ha querido hacer.
Esto, necesariamente, plantea preguntas: ¿Por qué no se quiere evitar el huachicol? ¿Por qué se permite la existencia del huachicol? ¿A quién se favorece? ¿Quiénes están detrás del negocio?
Una buena parte del huachicol tiene lugar en territorios controlados por grupos del crimen organizado, mismos que fueron cedidos por el Gobierno federal, de manera particular por el que acaba de terminar su mandato.
Me consta, que por decisión política, el Gobierno de Coahuila, de Rubén Moreira Valdez (2011-2017) terminó con el huachicol que había en los ductos que pasaban por su Estado a través de un sistema de vigilancia y acción para hacer frente a los grupos que se dedicaban a esta actividad.
Un reto para el actual Gobierno y la dirección de Pemex, ante el desastre de la administración anterior, es hacer frente al huachicol, lo que requiere antes que nada de voluntad política. ¿La tienen las nuevas autoridades? ¿Dejarán que las cosas sigan igual?
¿Hay compromisos inconfesables que no se pueden tocar? En el mercado está la tecnología que se requiere para detectar las tomas y actuar en consecuencia. En muy poco tiempo nos vamos a enterar si el actual Gobierno sigue la política del anterior o la cambia.
Puede también, es una opción, dejar que todo siga igual y refugiarse en la mentira, como lo hizo el Presidente anterior, para una y otra vez decir, que el problema ya fue resuelto y ahora no existe.
Rubén Aguilar Valenzuela
@RubenAguilar
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