Texcoco y la Unesco
El Lago de Texcoco tiene gran importancia histórica pues ahí se asentaron los nahuatls en el siglo XIV, y fueron construyendo Tenochtitlán.
BATARETE
Esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) designó al Lago de Texcoco como un Sitio Demostrativo de Ecohidrología en México. Con esto se reconoce la transformación que se llevó a cabo en ese cuerpo de agua situado al Noreste de la capital.
Con esta iniciativa las Naciones Unidas destacan los esfuerzos realizados para conservar la biodiversidad en esa zona contigua a la gran urbe, mejorar la calidad del agua y fomentar el desarrollo de pueblos y comunidades asentadas en las riberas de los lagos, algunas desde tiempos ancestrales.
El gran Lago de Texcoco estaba formado por cinco lagos interconectados que se alimentaban de los escurrimientos provenientes de las serranías que lo rodeaban; son nueve ríos que desembocaban en una cuenca cerrada, de suelo salobre que hacía salinos aquellos cuerpos lacustres. Sin embargo, tenía fauna y flora adaptados a esa salinidad, grandes humedales, buena cantidad de flora subacuática, algas como la espirulina, peces y buena cantidad de patos y otras aves que viven permanente en la región, más muchísimas especies de aves migrantes que restauran fuerzas en sus viajes desde el Norte del continente hasta el confín de Sudamérica.
Y ahí los pobladores aprovechaban diversos productos tradicionales como el ahuautle, el alga espirulina, el tequesquite, la sal de tierra o simplemente las mazorcas tiernas de maíz, que eran eficaces complementos de su dieta. El ahuautle proviene de los huevos de un insecto acuático llamado axayácatl. Los recolectaban mediante ramas de pino dentro del agua donde depositaban sus huevecillos aquellas chinches de agua. Las cocinaban en tortitas, guisadas o revueltas con huevos de aves. Tenía buen contenido proteínico.
El tequesquite es un mineral salado que se producía por la evaporación de las aguas y se utilizaba como la sal común. La espirulina es un alga nativa que se utilizaba como complemento alimenticio y medicinal.
El Lago de Texcoco tiene gran importancia histórica pues ahí se asentaron los nahuatls en el siglo XIV, y fueron construyendo Tenochtitlán. Ellos fueron los primeros que comenzaron a expandir el asentamiento hacia zonas lacustres. Años después Natzahualcóyotl construyó un muro para dividir a la mitad el lago mayor, y tener una porción con agua menos salada. A principios del siglo XVII, los españoles comenzaron a drenar las aguas para extender la capital de la Nueva España.
A mediados del siglo XX se desviaron los ríos para formar un gran canal y desecar los lagos. Las tolvaneras que se sucedieron afectaron a los pobladores de la capital mexicana.
Cincuenta años después en tiempos de Vicente Fox se decidió construir ahí un nuevo aeropuerto internacional. Se trataba de un proyecto gigantesco que necesitaba de una batería de grandes bombas hidráulicas que estuvieran sacando continuamente el agua para garantizar la viabilidad y seguridad en su funcionamiento. El gobierno de López Obrador suspendió la obra y construyó el aeropuerto en el área de Zumpango. Entonces se decidió permitir el renacimiento del lago, hacer un área protegida con un centro recreativo moderno, y lograr un paraje de humedales y lagos que ocupan una superficie de alrededor de 14,000 hectáreas, donde hay una gran riqueza natural, con más de 250 especies de plantas y unas 370 de fauna, y se renovó un cuerpo de agua que contribuye a mejorar el clima y el medio ambiente del gran Valle de México.
Esta obra de manejo de aguas es la que ha sido distinguida como el primer sitio demostrativo de ecohiodrología en el País. Es un llamado de atención a un esfuerzo exitoso que permitió a la naturaleza volver por sus fueros y cumplir con la función de equilibrio y armonía ecológica que tuvo por milenios. Es uno de 63 sitios que hay en el mundo. Es un llamado a que se multipliquen estas iniciativas, y se logre una mejor calidad de vida, para las personas, y las plantas y animales con quienes convivimos... “Aviones espías sobre México”. Han contado a más de cien,
y dicen que lo ven todo. No sé, mas de cualquier modo yo voy a portarme bien.